Cinco semanas después del inicio del año 2019, China celebra hoy la entrada de su Año Nuevo 4717. Y lo hace, aparte de en su inmenso país que estos días se paraliza, en centenares de ciudades de todo el orbe donde hay presencia de comunidades chinas. València no será una excepción y, para ello, el Instituto Confucio de su cinco veces centenaria Universitat ya vive inmerso, durante este mes de febrero, en variados actos y eventos que dan a conocer a la sociedad valenciana las costumbres de esta rica civilización.

El calendario tradicional chino, basado en los ciclos de la luna y el sol, está regido también por los animales de su zodiaco, que le dan nombre a cada año. Esta anualidad que hoy comienza es la del Cerdo, último de la serie de doce, y es quien recibe el testigo del Perro que concluyó ayer. Es un placer, en esta jornada tan señalada, felicitar a nuestra amistosa comunidad china que, desde hace tantos años, convive aquí. Les deseo a todos, de corazón, que se alcancen aquellos anhelos y objetivos que nos propongamos en este año. El Cerdo en China está considerado un animal yin y auspicioso, y viene marcado con el elemento natural de la Tierra. Un animal al que le adornan atributos y virtudes como prosperidad, fuerza, organización, libertad, riqueza, fertilidad, generosidad y deseo.

El inicio de la llamada Fiesta de la Primavera, que es como se denomina a este evento, oscila entre el 21 de enero y el 19 de febrero, es decir, la duración de un ciclo lunar, tal y como ocurre con nuestra Pascua. Hoy, por tanto, en la segunda luna nueva desde el solsticio de invierno empieza el Año Nuevo Chino y termina, dos semanas después, con la Fiesta de los Farolillos que se celebra durante la primera luna llena del año, y que en este 4717 será el próximo 19 de febrero. Durante esta quincena, la vida en China se paraliza y se altera el ritmo habitual, con desplazamientos terrestres, marítimos y aéreos de millones de seres humanos que quieren vivir la Fiesta de la Primavera en compañía de sus familias.

Para el Instituto Confucio de la Universitat de València (ICUV), que ha cumplido once años de existencia, es una satisfacción acercar a la sociedad valenciana las genuinas tradiciones y variadas costumbres de una civilización tan arraigada en la historia como la china. Conocerse mutuamente es el mejor antídoto contra la demagogia y reconocerse en el intercambio cultural previene contra la intolerancia y el racismo. La sociedad valenciana, emprendedora y abierta, se reconoce en la china por señas de identidad cultural compartidas como los fuegos artificiales, la seda, la porcelana, el arroz o las naranjas.

Si bien más allá de esos lugares comunes, tan ciertos como la propia historia en la que han coincidido, la sociedad valenciana ha dado y sigue dando muestras de querer saber más sobre China. A lo largo de más de una década de puertas abiertas de nuestro Instituto Confucio, contamos por millares la cifra del alumnado de nuestros cursos de lengua o de cultura; así como han sido decenas de miles quienes han asistido a alguna de las centenares actividades, celebraciones y eventos que hemos impulsado para acercar la poliédrica realidad china.

Por tanto, les invito a participar en las diversas actividades que hemos preparado para esta intensa quincena de febrero, que pueden consultar en nuestra web (www.uv.es/confucio). Y les recuerdo que el sábado 9 de febrero, durante todo el día en la plaza del Ayuntamiento, se instalarán numerosas carpas y un escenario donde diferentes grupos nos deleitarán con danzas y actuaciones musicales que nos acercarán a la idiosincrasia china. Y el broche de oro a esa jornada de celebración festiva, ya por la tarde, será la VIII edición de la Gran Cabalgata del Año Nuevo Chino, que discurrirá desde la calle Pelayo hasta la citada plaza. Les animo, pues, a disfrutar de estas celebraciones y de asomarse a la fecunda idiosincrasia china.