Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Alfons García03

A vuelapluma

Alfons Garcia

Blasco ¡qué caso!

Parecía que Rafael Blasco se había humanizado. Se atrevía uno a pensarlo al verlo envejecido y sin corbata ni oropeles políticos en su salida de la prisión para empezar a gozar del tercer grado penitenciario. Pero no. Su paso por las Corts el lunes deja la estampa del Blasco de siempre, altanero y un escalón por encima de cualquiera que ose plantar cara a sus métodos. Ahora va a ser que fue condenado por el Supremo porque se resistió a aceptar el «lío» que algunos tenían en la Conselleria de Solidaridad para apropiarse del dinero de los desamparados del Tercer Mundo. El exmulticonseller se aprovecha del mal de la desmemoria para intentar fijar un relato nuevo, que dicen los sabios modernos. Como si no recordáramos que su amiguito del alma, el tal Tauroni, condenado como él, aparecía detrás de sospechosas adjudicaciones en casi todas las conselleries por donde nuestro particular Giddens pasó: Bienestar Social, Sanidad o Territorio. Más bien, el lío iba con él. ¡Qué caso!

Compartir el artículo

stats