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Fichajes políticos

La reacción que más me gustó cuando se anunció que Pedro Sánchez fichaba a Pepu Hernández como candidato a la alcaldía de Madrid fue: «El PSOE madrileño se coge un rebote». Debe ser la debilidad por los juegos de palabras y el ingenio. Es un titular. De El Mundo. Real, por que sí, en efecto, hay malestar; está contrastado y es resonante, propio para posicionarlo bien en una web y para sacarlo a las redes sociales. El titular.

Los periodistas antes escribíamos noticias para publicarlas. Ahora lo hacemos para sacarlas. Saca eso al Twitter, niño. Saca lo tuyo a la web. Y en ese plan. Mete. También se dice mete. Mete eso en Internacional, Manolo. Fichando a un entrenador, el PSOE demuestra no tener banquillo. La candidatura a la alcaldía de Madrid siempre ha sido un problema para el PSOE. La Comunidad, también. Tiene como gafe. O mejor debería escribir «tienen».

En Madrid puede haber más candidaturas de izquierdas que ventanas, unido a que habrá al menos tres de derechas, la cosa es una sopa de siglas que mejor sería tildar de cocido de siglas, por mucho que cocido no se tilde pero sí se estile. Yo prefiero el de tres vuelcos. Te tomas uno con todos sus avíos y, ya saben, de Madrid al bicarbonato. Es tiempo de fichajes políticos. Tony Cantó a València, Errejón se autoficha simulando que lo ficha Carmena, a la que por cierto fichó Podemos. Pero ella trata a Podemos como a un sobrino que no te hubiera devuelto cuarenta euros. No solo se ficha de las canchas. También de Linkedin. A esta red social ha recurrido Ciudadanos alguna vez, ahora que está en trance de entrar en gobiernos, gobiernetes, ejecutivos, cabildos, mancomunidades, diputaciones y hasta comunidades de vecinos. En la mía, un pacto entre Vox, Ciudadanos y el PP ha tomado el control de la fachada sur y ahora hay que cambiar los toldos y la basura se saca a otra hora. En la fachada norte sigue gobernando la izquierda, que está volviendo loco al vecindario con tantos contenedores de colores. Una vez estuve a punto de tirarme a uno. Quiero decir, de introducirme en un uno. Parecía que era para personas. Los de centro han hecho coalición en un rellano y ahí han impuesto su ley, equidistante y con alfombrillas delante de cada puerta en la que ponen filosóficas inscripciones.

Los fichajes animan la política, si bien a mí me animan más las ideas. De Pepu Hernández ya está saliendo basura, como sale de esos contenedores de los que les hablaba alguien. Yo me fío de él, lo veo un hombre capaz, honrado y con valores, todo puede ser que me tenga que comer mis palabras, igual que se come uno un cocido. Me agarraría entonces un rebote. A lo madrileño. Y alguien me diría: sácalo a las redes.

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