Cuando en la era de la globalización, la propagación intensiva de noticias falseadas y mensajes nacionalistas pretende desestabilizar la democracia, dos acontecimientos reforzarán esta semana la solidez del Estado de Derecho y la calidad de las instituciones españolas. El día 20, Felipe VI recibirá el prestigioso Premio a la Paz y la Libertad, que otorga la Asociación Mundial de Juristas (WJA, según las siglas en inglés). Y el Teatro Real acogerá el XXVI Congreso Bienal de esta organización que, desde hoy, reunirá a dos mil personalidades del mundo de las leyes, la política y la sociedad civil.

La World Jurist Association, con estatus consultivo en las Naciones Unidas, solo ha concedido el galardón del Rey tres veces: a Winston Churchill que luchó contra el nazismo durante la Segunda Guerra Mundial; a René Cassin, por su gran labor en la redacción de la Declaración Universal de Derechos Humanos de la ONU, aprobada en diciembre de 1948, y a Nelson Mandela, por su oposición heroica a la discriminación racial practicada en Sudáfrica, hasta los años 90.

Este premio tan distinguido, por lo tanto, no se podría comparar ni con los célebres Nobel, porque se entregan anualmente. Ni con la soñada medalla de oro olímpica por la que la élite deportiva internacional compite cada cuatro años. El Congreso Jurídico Mundial (World Law Congress) quiere, con la entrega de este reconocimiento tan especial, destacar "el compromiso inquebrantable del Rey Felipe VI con el Estado de Derecho y la defensa de la Democracia y la Libertad". Por eso, el 4 de mayo de 2018, el Consejo Global de la WJA, celebrado en Múnich, decidió celebrar su próximo congreso en Madrid, uniéndose a las conmemoraciones del 40º Aniversario de nuestra Constitución.

No es la primera vez que este congreso, que se celebra cada dos años, viene a la capital de España. En 1979, el Rey Juan Carlos presentó la recién aprobada Carta Magna a la mayor asociación de juristas del mundo. Habían elegido Madrid para resaltar el valor de la Transición democrática impulsada por el padre del entonces niño, príncipe Felipe. Desde entonces, ese modelo ha servido de referencia para procesos de cambio de dictaduras a democracias.

Durante estas cuatro décadas, España ha consolidado el principio de la separación de poderes, la transparencia de los procesos electorales, los derechos y libertades fundamentales y la participación ciudadana. Es una "democracia plena" que se sitúa entre las veinte primeras del mundo, según el Democratic Index, que elabora la acreditada revista The Economist, e hizo público el mes pasado.

Los españoles podemos estar orgullosos de la fortaleza de nuestro Estado de Derecho, como defienden los presidentes del World Law Congress, Javier Solana y el abogado y escritor, Javier Cremades, ambos líderes de proyección internacional. Con razón el lema escogido por los juristas de 140 países para el Congreso de Madrid ha sido: "El Estado de Derecho, garante de la libertad". Porque solo el imperio de la Ley, es decir, el respeto de las leyes que emanan de parlamentos representativos contribuye a la convivencia y al desarrollo para conseguir sociedades más justas y equitativas.

El presidente de la WJA, el venezolano Franklin Hoet-Linares ha incluido en el programa un acto de Afirmación de la Paz a través del Derecho. Cuando nació esta organización en 1963, con sede en Washington, el presidente Eisenhower manifestó: "El mundo no tiene otra opción entre la fuerza y el Derecho: si la civilización quiere sobrevivir, tiene que elegir un mundo regido por el Derecho, no por la fuerza".

Por medio de 21 mesas de trabajo, panelistas de distintos países debatirán sobre democracia y justicia independiente, libertad de expresión, periodismo de calidad frente a medias verdades o fake news, multilateralismo como exigencia de la globalización política y económica; seguridad y defensa, garantías de estabilidad social e institucional, monarquías parlamentarias y democracia, derechos humanos en América Latina, educación y pluralidad política y religiosa, protección jurídica de las inversiones, entre otros temas.

A continuación, los congresistas se trasladarán a Málaga para celebrar el Día Internacional del Derecho y seguir analizando los desafíos actuales al imperio de la Ley y la Democracia. España se convertirá, así, la próxima semana en la Sede Jurídica Mundial a la búsqueda de un mundo mejor, en una época de crisis en la gobernanza global.