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El VAR de los ricos

Estaba todo muy claro. Solo era cuestión de tiempo para que las aguas arbitrales del fútbol de nuestros pecados volvieran a su cauce. Me explico. Cuando comenzó la temporada y el famoso VAR se impuso en los partidos de Primera división, todos pensaban, bueno todos no, los que peinamos canas y además por nuestra profesión hemos vivido muchos episodios futbolísticos, que ya se habían terminado los problemas en nuestros estadios. Los fallos de los colegiados no serían tales fallos ya que el complejo de cámaras, planos, pantallas y multitud de ojos para ver cualquier jugada los iban a solucionar con el video arbitraje, ayuda perfecta para los trencillas.

Al principio la cosa no comenzó bien. Falta de costumbre, dijeron. Después, cuando en un partido entraba el VAR y en otro en jugada similar no lo hacía, era porque el protocolo decía que ahí en esa acción no podía y cosas por el estilo, pero bien mal o regular el asunto comenzó a funcionar y jugadas que terminaban en gol eran anuladas, faltas dentro del área no sancionadas por el árbitro de turno por la revisión sí lo eran etc, etc. Esto ocurría partido tras partido y con cualquier equipo protagonista para bien o para mal, a favor y en contra.

Pero, hola caballero. Cuando los grandes, vamos los ricos, ustedes saben a quién me refiero, comenzaron a ver que a ellos también les anulaban goles o les sancionaban con penas máximas o les mostraban tarjetas a sus jugadores tras las revisiones como a los pobres, pusieron el grito en la Federación, comenzaron las grandes protestas y dejaron claro que en el futbol español siempre han mandado dos ricos y el resto todos pobres, así que a claudicar y en unos pocos meses todo sigue igual. El VAR cuando interesa a unos vale, para los demás con una tasquita hay bastante.

Qué incrédulos somos, pensar que con las cámaras estaba todo arreglado. Que se lo pregunten al Levante U.D. Ya lo saben, se ha visto hasta la saciedad. En la primera parte del partido del pasado domingo en el Ciutat entre el Levante y el Real Madrid, hay un penalti al Comandante Morales (un empujó de Carvajal) que ni se revisa, después el teatro de Casemiro y la trágala del conjunto arbitral en pleno. En fin, que estamos como estábamos.

Por si faltaba algo, llega el final del partido y, claro, todos a la sala de prensa para escuchar las declaraciones de los entrenadores a preguntas de los periodistas. Solari llega con el representante de prensa del Real Madrid, un tal Carlos Carbajosa y veta a los medios locales, solamente pueden preguntar al entrenador madridista los nacionales.

En mis muchos años de profesión, esto no me había ocurrido jamás. Ahora, ¿qué pasa?, ¿que además de un VAR para ricos también vamos a tener que aguantar esto? No conozco al personaje, pero flaco favor hace a la profesión. Yo no estaba allí, pero no dudo de mis compañeros. La actitud de Carbajosa deja mucho que desear, vamos que no es de recibo.

El Real Madrid tendría que mirar quién lleva sus asuntos, estos detalles no los puede tener un club que se llama grande. A estas alturas del partido, discriminaciones. Intorelable de verdad.

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