Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Ritos de paso

Nancho Novo

Hace tiempo, probablemente toda una vida, que le debo a mi amigo y compañero marista coruñés Nancho Novo, un artículo como este. Es un decir, lo de la deuda, porque en estos casos, no hay moneda posible, ni para pagar ni para cobrar. Puede decirse que Nancho es un actor, de reconocido prestigio y amplia trayectoria. Puede decirse, también, que es un director de teatro, incluso un músico. Pero lo que pienso que define a Novo realmente es el calificativo "rockero", con lo bueno y menos bueno que ello implica. Nancho tiene un conocimiento táctil y especial de todo lo que tiene que ver con el rock, el soul, el blues, la música en general. Nancho, como yo, desembarcó en Santiago de Compostela con escasos diecisiete años, él a estudiar medicina, yo filosofía. Seguimos caminos distintos y acabamos juntos el 22 de mayo del año pasado, en la librería madrileña "Tipos infames" -muy recomendable- en la presentación de mi nuevo libro de poemas, Estío de cenizas (Editorial Una hora antes, 2018) con el escritor y periodista Juan Cruz.

Salió todo muy bien, como ocurre siempre que Nancho está presente. Pero Novo también es escritor, yo casi me atrevo a afirmar que sobre todo es eso, escritor. Y en 2013 publicó una novela, Despertar (Narrativa Bartleby) de la que yo me empapé el verano pasado, entre Ortigueira (Bar Caracas) y Coruña. Digo me empapé de su lectura pero no conseguí digerirla hasta hace poco menos de un mes. Despertar es una novela generacional, la de los adolescentes en ciernes que desembarcamos en el microcosmos compostelano de 1975 y descubrimos muchas cosas, quizás excesivas para nuestra edad y conocimientos, mas todas necesarias para lo que nos iba a sobrevenir después.

No hay cosa peor que escribir una pretendida crítica literaria de la novela de un amigo, por eso no lo voy a hacer. Sí puedo afirmar de manera contundente que la novela de Nancho es imprescindible, para aquel que quiera saber un poco menos de la vida que ya sabe, para aquella que desee bucear en la miseria masculina y en su pretendido afán de transcendencias, para ignorantes, incautos e incautas, para tristes y melancólicos, incluso para deprimidos, deprimidas y por deprimir. También para la alegría. Mucho para la alegría, sobre todo la que tuvimos porque la presente y la futura no están todavía en sazón, pero lo estarán. No se pierdan Despertar, de Nancho Novo, mi amigo.

Compartir el artículo

stats