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Comprar vidas

Tal vez en el futuro haya comercios de vidas, como en los videojuegos. Lo pienso cuando compro lotería en una administración que han abierto cerca de mi casa. Nunca había sido aficionado a estos tejemanejes del azar, pero ahora, al ir a comprar el periódico paso por delante del establecimiento.

Solo siendo rico puede un negro disfrutar de la vida», dice el actor Mahershala Ali. Es también lo que podría decir un pobre de sí mismo: «Solo siendo rico puede un pobre disfrutar de la vida». Hay, en fin, unas condiciones, imaginarias o reales, para que el obsequio de la existencia no sea un castigo. En nuestra cultura se suele hablar del «regalo de la vida», como si los que carecen de ella nos tuvieran envidia. De ser así, existiría ya un mercado negro.

-Le compro a usted la vida por un millón de euros.

- ¿Y qué voy a hacer con un millón de euros una vez fuera de este mundo?

-Déjeselo a sus hijos.

Mucha gente lo haría. Por los hijos se hace cualquier cosa. Pero no se puede, no de momento. Quizá a no tardar la vida se convierta en un producto de consumo que pueda cambiar de manos dinero mediante. Tal vez en el futuro haya comercios de vidas, como en los videojuegos. Lo pienso cuando compro lotería en una administración que han abierto cerca de mi casa. Nunca había sido aficionado a estos tejemanejes del azar, pero ahora, al ir a comprar el periódico paso por delante del establecimiento y me cuesta mucho no entrar. Es tan barato echar un par de euros a la Bonoloto que total, te dices, por qué no darte el lujo. A veces hay cola frente a la ventanilla, lo que me proporciona unos minutos de reflexión sobre el pecado en el que estoy a punto de incurrir. A ver, qué tontería estás haciendo, me digo.

No lo sabía hasta que tropecé con las declaraciones de Mahershala Ali, pero creo que lo que estoy haciendo, inconscientemente, es comprar una vida. O intentarlo. Delante de mí hay hombres y mujeres de todas las edades que observan el surtido de sorteos como un niño el escaparate de una pastelería. Además de la Bonoloto, está el Euromillón y la Lotería Primitiva, y las quinielas y los décimos de toda la vida cuyos premios salen los jueves y los sábados. Malo será que no te toque algo si juegas un poco a todo. Pero no toca nada.

Las posibilidades, según he leído en Internet, son infinitesimales. Ahí estamos, sin embargo, tratando de adquirir otra vida ya que de momento no podemos vender la que tenemos.

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