Como en La Divina Comedia de Dante, nuestro todavía Presidente del Gobierno, se halla perdido, inmerso en la oscuridad, incertidumbre y renuencia, de quien aciagamente llega al poder. El único tomo que indubitadamente hasta el momento ha escrito el todavía Presidente, es su particular Vestíbulo del Infierno en que, asaltado y atormentado por el cainismo de sus predilectos compañeros de viaje, encarnados en un populismo y rupturismo que, en simbiosis con la sombra de su mediocre vanidad, un día le encumbraron torticeramente.

El golpe de timón perpetrado hace escasos ocho meses, ha cristalizado en un apagón en la sala de máquinas de la economía de los españoles, incertidumbre y desigualdades, abriendo las puertas con su consentimiento cómplice, a las embestidas de los rupturistas que parasitan nuestras instituciones.

Resulta difícil de creer, que en tan corto espacio de tiempo, pueda un Presidente perpetrar y consentir, a partes iguales, la disolución de nuestro modelo de convivencia, respeto y solidaridad entre iguales, entregándose en brazos de quienes pretenden demoler el marco democracia y libertades que nos hemos dado entre todos.

Sánchez ha consumado su plan. Ha tratado, no sin estrépito, de engañarnos a los valencianos y todos los españoles, presentándonos unas cuentas tan falsas como burdamente retorcidas, acompañadas de ardides como la subida de un salario mínimo que socava a Pymes, autónomos y clase media, constriñendo al principal motor de la creación de riqueza y empleo en nuestro país y nuestra Comunitat.

No solo se trata, de la complicidad y cesiones del sanchismo, a los mismos populistas y rupturistas que le han zancadilleado hasta fagocitar su agónico mandato, sino del eterno engaño y enésimo maltrato que venimos sufriendo los valencianos, con un problema de infrafinanciación que ni Sánchez ha querido resolver, ni su vasallo Puig ha sabido reivindicar ni tampoco defender, despertando la inusitada entrada en La Moncloa de Sánchez por la puerta de atrás, una esquizofrénica pasividad en el M.H. President, en contraste con su euforia desmesurada ante unas cuentas fallidas que no hacían sino perpetuar y tratar vanamente de prostituir, el clamor por el escarnio financiero de un perverso modelo de financiación heredado de Zapatero, cuyas desigualdades siguen causando estragos entre todos los valencianos.

El pérfido trayecto de Sánchez y los suyos llega a su fin el próximo 28 de abril, en el que los españoles pondremos fin al agónico trance en que ha hecho sucumbir a nuestra democracia, degradando nuestras instituciones y corrompiendo la convivencia y la unión entre españoles.

Quedan apenas unas semanas, para cerrar un capítulo taimado del inmovilismo de unos y el populismo excluyente de otros. A partir del 28 de abril, volveremos a escribir nuestro futuro pensando en cómo mejorar nuestras instituciones, atender los problemas reales de los españoles y trabajar conjuntamente por lograr una sociedad de ciudadanos libres e iguales. A otros en cambio, no les aguarda otra cosa que purgar y redimirse de la tiranía y el engaño infligido, por haber tratado de traficar por acción y omisión, con la confianza y la soberanía de todos los españoles.