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A vuelapluma

Alfons Garcia

Muerte, fallas y campaña

Muerte y fallas. Sangre y fiesta. La ciudad empieza a rugir mientras la actualidad se tiñe de negro con el asesinato de dos niños por sus padres. La lógica humana (y periodística) es posar ahora la mirada sobre la actuación de los servicios sociales: padres con trastornos psíquicos, una casa semiabandonada como alojamiento y un pequeño ausente del colegio durante semanas, ¿no se debería haber actuado antes?, ¿no ha habido negiglencia? Deberá investigarse y los corrientes deberíamos evitar prejuzgar. La retirada de la custodia a unos padres es una decisión de calado, pero que los profesionales adoptan a menudo con respaldo judicial. Está por ver si se ha actuado mal, pero es seguro que se ha llegado tarde. Suficiente para revisar un protocolo que no ha servido para proteger a los dos hermanos de Godella. Sin prejuzgar, pero sin aferrarse a que la norma escrita es sagrada.

Muerte, fallas y precampaña electoral. De momento, tenemos claro que la de Madrid se posa sobre dos ejes: lo que ya se puede etiquetar de nuevo nacionalismo español y la mujer, con Cs encharcándose en los permisos de paternidad y el PP ahogándose de lleno en extrañas medidas de promoción de la adopción que parecen salidas del saco de despropósitos de Donald Trump. La respuesta ha recordado a la habitual del presidente del imperio cuando un asunto le incomoda: «Fake news». Así estamos. Vox está calladito. Lógico. No necesita actuar para marcar la campaña. No se equivoca y todo son oportunidades de crecimiento. Ahora a esperar a que Fernando Sánchez Dragó, aquel gurú de las letras que cobró millonadas del rancio Canal 9 del PP por programas de madrugada que no veía nadie (no es una hipérbole), engrandezca el mito de Abascal con un libro de conversaciones. España vertebrada se dirá, sin que Ortega y Gasset pueda hacer nada para defenderse del atraco a su España invertebrada. Así estamos.

La precampaña valenciana ha comenzado sin nada nuevo bajo el sol, con Cataluña y el adoctrinamiento (presunto) en las escuelas como el eje de la derecha. Sin sorpresa. Y con el debate en los partidos de la izquierda sobre quién tendrá más derecho a presidir la Generalitat llegado el caso. Mónica Oltra puso el asunto en el mercado y solo ha contribuido a dar argumentos a quienes consideran que la airada reacción por el adelanto electoral de Ximo Puig se explica porque reducía su abánico de maniobras posibles de cara a conquistar el Palau.

Una de las muchas diferencias de la situación actual con la de 2015 es que Podemos y Compromís están bastante más lejos que entonces, cuando venían de compartir la calle contra el enemigo común del PP y Oltra aparecía como la mejor representante en València de las ideas y sueños de Pablo Iglesias. Y para ahondar más la grieta, Podemos se apoya ahora en una Esquerra Unida liderada por Rosa Pérez Garijo, enemiga íntima de Oltra desde la prehistoria o incluso antes.

Muerte, fallas, precampaña electoral y unos adolescentes que nos dan una lección a todos sobre el cambio climático, mientras los partidos continúan mirando hacia otro lado. El mar de plástico y el recalentamiento del planeta son de esos temas que vemos pasar a través de mensajes fatalistas de la ONU sobre graves consecuencias que los gobiernos no piensan abordar hasta dentro de diez o veinte años. Se observan, preocupan, pero a continuación pasamos a discutir sobre Cataluña y otras esencias invertebradas españolas. Así estamos. Hastiando a los más jóvenes.

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