Para la gente de mi generación que nacimos en los años 60, que vivimos el franquismo siendo niños o adolescentes, que iniciamos los cambios en los años de instituto con manifestaciones, huelgas y reformas, que hicimos política en la Universidad y pudimos ver en plenitud la entrada de España en la UE, siempre hemos valorado la buena política, la política del consenso constitucional, la del rechazo al golpe militar del 23F, la política de grandes personajes como Suárez, Felipe González, Miterrand, Chirac, Delors, Hetmul Kohl e incluso Margaret Thatcher, desde todas las vertientes ideológicas, para nosotros eran grandes políticos que sabíamos que se podían poner de acuerdo para llevar adelante las políticas nacionales o europeas más o menos acertadas pero sin grandes alaracas ni estridencias. Sin embargo, en estos momentos la deriva de los responsables políticos a nivel nacional es de tal magnitud, que la dificultad de entendimiento es extrema sin saber muy bien la causa. Son bastantes los que establecen la causa efecto en la irrupción de la extrema derecha en el panorama político y la mimetización de las políticas de los partidos conservadores en la misma para no ceder terreno ideológico alguno respecto del pasado. Si esta hipótesis es cierta y esa es la estrategia, solo cabe decir una cosa, estos políticos como Rivera y Casado que son los que están llevando a término la política de la mentira, la confrontación, la exaltación de los bajos instintos, pero sobre todo la de bajeza moral, estos políticos no sirven para una sociedad como la nuestra, pero sobre todo para la gente de mi generación.

Acabamos de ver encuestas todas cortadas por el mismo patrón, con el reconocimiento de que la buena política cotiza al alza, en las que se le otorga al presidente Sánchez una valoración máxima, frente a sus oponentes, lo cual viene a confirmar nuestra tesis, y es que la confrontación, exageración y las alaracas no son bien recibidas por los ciudadanos y sí lo son las políticas serias, responsables y de progreso social que desarrolla el actual gobierno de España.

En la Comunitat Valenciana hemos podido dar un gran ejemplo de consenso, de trabajo bien hecho, de avanzar sin chillar, sin peleas, con reconocimiento de la diversidad y la pluralidad política, sin corrupción y trabajando por las personas, y tengo que reconocer que cuando se hacen buenas políticas es porque hay buenos políticos que las desarrollan y las llevan a término, entre los que es obligado destacar al President Puig como el principal artífice de esta situación , hace bien poco aparecía publicado que los gobierno de Portugal y de la Comunitat Valenciana habían sido dos grandes ejemplos de buena política y de progreso social, y esto es lo que queremos la mayoría de los valencianos y valencianas, y que con toda seguridad valoraremos en las próxima cita electoral del 28 de abril.