Un año después de que la sanidad pública valenciana diera la bienvenida a la gestión pública directa al departamento de salud de la Ribera el balance es positivo. El compromiso de gobierno del Consell del Botànic está cumplido.

La cartera de servicios se ha visto reforzada y ampliada. La plantilla ha crecido y la bolsa funciona con normalidad. Las inversiones están eliminando la obsolescencia en infraestructuras y tecnología. Se ha aumentado el rendimiento quirúrgico y ha disminuido la lista de espera de cirugía programada. Ha mejorado la atención primaria y la hospitalización a domicilio. Ahora es un departamento de toda la ciudadanía. Alzira es referencia de gestión pública, de calidad y universal.

Hoy tenemos un departamento público que antepone la calidad asistencial y la ganancia en salud a cualquier lógica empresarial. La experiencia ha resultado ampliamente positiva al trasladar el beneficio empresarial en un aumento de la inversión en el propio departamento, además de dotar de una mayor seguridad jurídica y laboral a las y los trabajadores, a pesar de la resistencia de quien vio disminuido su margen de negocio y quiso impedir la finalización del contrato que firmó Zaplana hace casi 20 años, con rescate incluido.

Muchas son las miradas que se dirigen hacia la Comunitat Valenciana, hacia esta experiencia de éxito pionera, que es la demostración de que las privatizaciones no son para siempre. Muchos servicios de salud han estado pendientes de este proceso, como Baleares y Cantabria, con privatizaciones en algunos de sus servicios o centros más emblemáticos. O movimientos de defensa de la sanidad pública y mareas en contra de las privatizaciones como en Castilla y León o Madrid.

La vuelta a lo público del Departamento de Salud de la Ribera supone el principio del fin del modelo Alzira. Es decir, del modelo neoliberal de capitalismo de amiguetes que privatizó el 20% de la sanidad pública valenciana con el impulso de Zaplana. Y que ha costado en estos años más de 7.500 millones de euros a los valencianos y valencianas.

El futuro y la sostenibilidad del sistema sanitario público no viene de la mano de privatizaciones que descapitalizan y devalúan lo público con la excusa falaz de la insuficiencia financiera, sino de más y mejores inversiones, en atención primaria y de una trasformación de la atención socio sanitaria. La clave es entender la salud como derecho y eliminar de la toma de decisiones sanitarias la búsqueda de beneficio empresarial.

Es el primer aniversario del cumplimiento de uno de los objetivos de gestión más importantes del Pacte del Botànic. Pero como casi siempre que las cosas salen bien dependen de muchos. Hoy es día también para reconocer y agradecer el esfuerzo de todos los que trabajaron a favor de la reversión y los profesionales de la sanidad del departamento, liderados por un gran equipo directivo, que se ha comprometido con su esfuerzo en esta acción pionera del Gobierno del Botànic. Feliz aniversario Departamento de la Ribera.

Firman este artículo también Ricardo Campos, exsecretario general del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social y Rafael Sotoca, exdirector General de Asistencia Santiaria