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Tributos

No solo de tributos al Estado en impuestos, tasas o contribuciones a que nos vemos abocados los ciudadanos se compone nuestra vida social. Hay otros tributos, sin la Agencia Tributaria exigente, que incluso son gratificantes y nos devuelven un tanto el placer o la sonrisa, excepto ese tributo a la bicicleta que la movilidad sostenible hace insostenible la movilidad. Y son de agradecer esos tributos que se realizan a célebres artistas del pasado y del presente. Alabados sean.

Como el tributo que a los inolvidables norteamericanos Simon & Garfunkel hicieron en el Olympia los ingleses Dan Haynes & Pete Richards, acompañados en algunos temas por un quinteto de cuerda. Fue un emotivo viajar en el tiempo con esos temas que representan una parte muy importante de esa juventud que nos dejó casi sin avisar. Una magnífica recreación con voces similares a aquellas a las que se rendía tributo, con vídeos biográficos en gran pantalla. Una gozada impagable.

A Lina Morgan rinde tributo desde hace cuatro años la actriz y vedette de Moncada Alicia Casany con gran éxito. Pero desde el próximo jueves será la madrileña Isabel Gaudí quien haga homenaje la añorada cómica en ese espectáculo, «Gracias por venir», que la productora valenciana Saga estrena en el Flumen, bajo la dirección de José Sáiz, que también protagoniza junto a Alberto Vázquez. El montaje, entre la revista y el burlesque, promete, con diez bailarines y bailarinas y un vestuario amplio, lujoso e incluso breve, y como da las «gracias por venir», habrá que ir.

Tributo a David Bisbal el que se hizo en Olympia por el propio David Bisbal, en un concierto acústico y privado de promoción de la compañía eléctrica Endesa, que regaló 443 entradas dobles entre los nuevos abonados a una tarifa en oferta. La cola desde mucho antes llegaba desde la puerta del teatro hasta casi la avenida del Oeste, y el aforo, naturalmente, se completó. David Bisbal, acompañado de teclados, batería, guitarra y bajo, dio una hora de eléctrica actuación entre el entusiasmo de un público mayormente femenino, que disfrutó incluso con la entrevista previa incluida en el guión, con anécdotas. En el bis preconcebido, David cantó sus eternas «Bulería» y «Ave María».

Bisbal hizo repetida alusión a Endesa, que es de lo que se trataba. Justo una compañía eléctrica, cuando a luz está punto de dar su mujer, la modelo venezolana Rosanna Zanetti. Un David Bisbal en plena forma, bien retribuido «hombre-anuncio», que el 30 de junio, recién cumplidos sus 40 años, abrirá los conciertos de Viveros auspiciado por la 97.7, Radio Levante.

Tributos se rinden en València también, como hace Luis Escudero con Manolo Escobar, Andrés Aranda con Raphael o Emilio Solo con Bruno Lomas. Otros, como Felipe Garpe, tributan a Nino Bravo. Y un tributo muy especial hay que hacer a la gran cantante María Rosa Marco, más conocida como Salomé, porque el pasado viernes se cumplieron 50 años desde que ganara en el Teatro Real de Madrid el festival de Euorvisión representando a España con la canción «Vivo Cantando», aunque tuviera que compartir el triunfo con Reino Unido, Holanda y Francia. Salomé, nacida en Barcelona, es desde hace muchos años valenciana residente por su matrimonio con el empresario valenciano Sebastián García Vernetta y fue, tras el «La, la, lá» de la Massiela el año anterior, la última alegría eurovisiva de España, representada en los últimos años en este festival por presuntos cantantes sin calidad, entidad ni identidad suficiente.

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