El clima va a mejorar. No es que haya dejado la profesión más bonita del mundo, el periodismo, para dedicarme a predecir el tiempo. Quien opina así es el Partido Nacionalista Vasco (PNV), que, por este motivo, apoyó ayer los seis decretos leyes económicos del Gobierno de Pedro Sánchez. A casi una semana del inicio de la campaña electoral no es el clima de los votantes el que les inquieta, sino el que existe entre el Gobierno español, el vasco y el partido nacionalista y que no deber ser lo suficientemente fructífero. Al menos para el PNV y para su portavoz en el Congreso, Aitor Esteban. Por eso y sólo por eso han consagrado los viernes sociales de Sánchez. No porque hayan logrado ningún compromiso del Gobierno socialista sobre asuntos pendientes, como el traspaso de competencias. Que los nacionalistas vascos se hayan olvidado del ¿qué hay de lo mio? y no hayan negociado nada con la vicepresidenta, Carmen Calvo, es tan poco creíble como que Sánchez tampoco pretenda aprovechar su último suspiro en La Moncloa para lograr un mayor rédito electoral.
