Los malos modales son la antipatía forzosa de cualquier relación. Junto a la sombra de ellos se arroja el tumulto de la fiera sin domar. No, no obedecen a nada; la mayoría de las veces parecen lobos emitiendo aullidos.

Es imposible alcanzar la calma estando rodeados de gente que solo se acuerdan de Dios para blasfemar. ¿Qué organización mental puede tener una persona que cada cinco minutos tiene ganas de "defecar"? Pienso, humilde opinión, que muy precaria y primitiva. Nuestra forma de expresarnos dice mucho de nosotros, es testimonio directo de lo que tenemos y de lo que nos falta. Con nuestros modales nos ganamos la aceptación o el rechazo...

Qué cómodo es culpar de todo a los políticos, volcar en ellos la furia, y estallar a la mínima de cambio. ¿A qué sí? Pero siento decirles que la evolución es asunto nuestro. La educación no es energía perdida, al contrario, es fuerza para seguir avanzando por el camino de la vida. Junto a la jaula de la carencia suele cantar el pájaro que no encontró un árbol en flor, a pesar de creerse un ruiseñor triunfante, es vuelo aplacado por la limitación.

¿Por qué la voz ronca de los malos modales siempre se acuerda de Dios? Además de escupir, comer haciendo ruidos, miccionar en cualquier esquina, ventosear, eructar, gritar y así un largo etcétera.

Debemos comprender y con urgencia que la vida es una experiencia, evidentemente por el camino de la grosería no se asciende a nada, junto a la fuerza del aprendizaje (el nuestro) descansa nuestro presente. ¿Para qué demorarlo?

El objetivo final de la vida es ser evidencia de esfuerzo, cada instante es apariencia clara de ganas. A veces, comprendiendo la necesidad, se desata el impulso. Hay un verbo maravilloso: transformar. Sí, nada es definitivo, junto al orden de la buena educación la correspondencia nace sola. Nuestra presencia la soporta el mundo, por lo tanto, veamos en el refinamiento de las buenas formas un gran aliado. El único gesto que tiene valor entre semejantes es el respeto... Y respetar es pensar que junto a la oscuridad de los malos modales duermen las bestias.