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En corto

El malvado abuelo carbón

No es que seamos maniqueos, es que tenemos que estar contra alguien o algo para estar bien. El maniqueísmo es la consecuencia. Por ejemplo, no disfrutamos de veras de los regalos de Reyes sin saber que también puede haber carbón. Así que el carbón siempre ha estado ahí, como amenaza de castigo.

La UE viene del carbón y de su hijo el acero, con el que se hacían los cañones. La CECA (1951) pacificó el asunto: a fabricar juntos, sin matarnos. Ahora los nietos quieren liquidar al abuelo, cargándose el carbón. España llegó tarde a la UE y, como suele pasar, lo hizo (y sigue) con el fervor del catecúmeno.

Puestos a ser más europeos que nadie, no nos conformamos con mandar al abuelo-carbón a una residencia, para que su vida se vaya extinguiendo dulcemente (como en Alemania), sino que queremos tirarlo por la Roca Tarpeya, como Roma hacía con los grandes delincuentes y enemigos de la patria.

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