Estaba tan a gusto en un desayuno cuando me ha llegado la noticia de que en Andalucía siguen dando vueltas al concepto de violencia de género, a quienes trabajan... etc. Desde el principio ha sido un concepto controvertido por quienes no ven la evidencia de que a las mujeres las matan y las maltratan por ser mujeres, violencia que también se ha extendido,por la misma razón de machacar a las mujeres, a sus hijos e hijas.

Y es que la ignorancia no tiene límites y eso es lo que les está pasando a los que pretenden mandar en Andalucía porque también hay que diferenciar entre auctoritas y potestas.

Pero para evitar malentendidos vamos a acudir a la Unión Europea que definió en 2003 para todos los Estados un acuerdo que obligaba a todos los miembros a que todos los proyectos de ley llevaran el correspondiente informe de impacto de género (en España la ley 30/2003), esto es como afectaba la norma a mujeres y hombres, mediante un informe previo a la aprobación de un proyecto de ley en Consejo de Ministros.

Así la UE publicó una Guia para clarificar conceptos: «sexo describe las características biológicas que distinguen al macho de la hembra que son universales» y «género, que hace referencia a las diferencias sociales entre hombres y mujeres, que han sido aprendidas, cambian con el tiempo y presentan variaciones entre diversas culturas....» un ejemplo añadía: sexo es que las mujeres traen a este mundo a los ciudadanos y ciudadanas y género es que las mujeres tienen que cuidar a ese nuevo ser y, de paso, a todo el resto de seres que pueblan el universo para proveer sus necesidades vitales en ese «no trabajo» que ocupa la mayor parte de la vida de muchas mujeres.

Por eso la ley llama violencia de género porque es la situación, son los estereotipos que nos han colocado a las mujeres (género) transmitidos a los largo de la Historia, los que hacen que algunos hombres piensen que una relación sentimental los convierte en amos de una esclava de la que puede disponer a su antojo, que merece el castigo cuando se consideran sujetos políticos (que lo son) con todos los derechos que, como a tales, se les reconocen

Por eso hay que hablar de violencia de género y no de cualquier otra...

Y vamos con la potestas y la auctoritas. Y esto viene desde Roma. El gobierno de Andalucía tiene el poder de cambiar un nombre pero no tiene la auctoritas para hacerlo dando la espalda a lo que la ciencia y la jurisprudencia del Tribunal Constitucional, la Unión Europea y... el sentido común ha corroborado.

La violencia que condena la Constitución, al prohibir la discriminación por razón de sexo, y la Ley integral contra la violencia de género, que especifica la causa, por la que el 50% de la población tiene mermados sus derechos políticos, laborales y el más importante, la libertad para ser y estar allá donde su deseo y voluntad le acompañen, no es por pertenecer al sexo femenino sino por quienes han tenido la potestas para convertir circunstancias históricas y temporales (género) en leyes.