Quizás se trate solo de una experiencia personal, pero la experiencia personal enseña que una supuesta experiencia personal le está pasando a la vez a mucha más gente. Bien, mi experiencia con el cine en la tele es no ver película completa en la franja de noche. La astucia de los programadores de publicidad, al enchufarnos esta en el momento más interesante, hace que el bajón con los comerciales sea casi un coitus interruptus. Ahí empieza uno con el zapping, y raro será que no encuentre suplente. Luego están los horarios, pues como pocas pelis acaban antes de las 12, hace uno fracturing, se queda con el pedazo visto, y a la cama. En términos de metabolismo de larga secuencia, el resultado es la formación de un relato-papilla hecho de trozos. Más o menos lo que el profeta Burroughs hacía con la técnica de escritura del cut-up hace medio siglo, solo que ahora de forma natural.
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