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En voz alta

El PSPV de Puig líder, 25 años después

Hace un cuarto de siglo, Ximo Puig ya llevaba unos cuantos años en el Palau de la Generalitat como Jefe de Gabinete del President Joan Lerma. Después de ver como los socialistas perdían las alcaldías de Castelló y València en el año 1.991, el PSPV dejó de ser el más votado en la Comunitat en las elecciones generales dos años más tarde, algo que se repitió en las autonómicas de 1.995 cuando perdieron la Generalitat a manos del pacto entre Partido Popular y Unión Valenciana con Eduardo Zaplana al frente. Ahora, una generación después, el PSOE ha vuelto a ser la opción preferida por los valencianos con Puig al frente.

Visto el resultado, es justo reconocer que el hombre aparentemente tranquilo - aunque muy nervioso durante el prolongado recuento - acertó para sus intereses y los de su partido con el adelanto electoral haciendo coincidir autonómicas y generales con un resultado suficiente para continuar gobernando aunque con un estrecho margen entre los dos bloques de izquierda y derecha. Que el tripartito botánico haya perdido 3 escaños o solo haya quedado 2 por encima de la mayoría absoluta será algo que se olvide pronto.

Y es que, a diferencia de Pedro Sánchez, Puig no parece que vaya a intentar una investidura en solitario, prefiere una legislatura más estable renovando el acuerdo del Botànic en la misma línea que también lo reclaman Compromís y Unides Podem - EU. Una reedición del pacto «con tonalidades diferentes» según la poética, primaveral y botánica descripción del President de la Generalitat que no será nada fácil. Mónica Oltra siempre ha dicho que en la negociación sería todavía más exigente que hace 4 años y, además, ni olvida ni perdona el adelanto electoral al que acusa de su pérdida de escaños. Por su parte, Rubén Martínez Dalmau, a pesar de la pérdida de apoyos de Podem, pretende hacer valer sus escaños decisivos para la investidura a cambio de entrar en el nuevo Consell y condicionar sus políticas. Ambos tienen la llave del acuerdo pero también saben que están prácticamente obligados a hacer posible un pacto de izquierdas en la Comunitat porque sus votantes no se lo perdonarían.

Ahora por delante varias semanas de incertidumbre y negociaciones, de momento, para constituir la Mesa de les Corts el 16 de mayo y luego para despejar una de las grandes dudas, la de cerrar el acuerdo antes o después de las elecciones municipales del 26 M.

Por cierto, me cuenta una amiga que la pésima relación entre las direcciones nacional y regional del PP, personalizada en Belén Hoyo y Eva Ortiz, ha vivido momentos muy tensos durante la campaña electoral incluyendo los famosos reproches por escrito en grupos de whatsapp y rematados la noche del domingo donde lo único que compartieron fueron sede para seguir el recuento porque los silencios, miradas y algunos comentarios dejaron claro lo difícil que será reconducir esa pésima relación y máxime cuando ambos bandos se dedican a responsabilizar al otro del fracaso electoral.

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