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El futuro de Mónica Oltra

La Vicepresidenta del Consell y líder de Compromís, Mónica Oltra, se ha tomado un merecido descanso estos últimos días que ha aprovechado para aclarar ideas y plantear estrategias de cara a las intensas semanas que le esperan y donde debe quedar claro su futuro político más inmediato pero también el de Compromís y la Comunitat.

Para empezar, no sabemos si Oltra volverá de su retiro con alguna autocrítica después del mal resultado de su partido en Autonómicas y Generales. En estas últimas han perdido 3 de sus 4 diputados y, por tanto, se disuelve mucho su capacidad de influencia en Madrid como único partido «de estricta obediencia valenciana» aunque también es cierto que tampoco la han rentabilizado mucho durante la última legislatura. Les queda el consuelo de mantener a Joan Baldoví que, ahora en solitario, deberá mantener el protagonismo que con capacidad y esfuerzo se ha abierto en la siempre difícil villa y corte. En los comicios a Corts, la pérdida ha sido menor de 20.000 votos, un 2 por ciento y 2 escaños pero se ha cedido el tercer puesto a Ciudadanos y, sobre todo, se ha alejado de 4 a 10 los escaños de diferencia con el PSPV. Este último dato, además de enterrar definitivamente la legítima aspiración de Oltra de alcanzar la Presidencia de la Generalitat con los apoyos de Podem, le debilitan en la negociación del nuevo Botànic. El resultado electoral y la previsible incorporación de los podemitas al Consell harán que presumiblemente Compromís no pueda mantener su cuota del 50 por ciento en el nuevo gobierno valenciano.

No obstante, la negociación se presenta muy compleja por mucho que todos demos por seguro que el acuerdo tripartito saldrá adelante. El que la izquierda valenciana no pueda permitirse ante sus votantes lograr el pacto es una baza importante para el PSPV. Sin embargo, Ximo Puig tampoco puede tensar la cuerda más de lo necesario. Es el más votado con diferencia pero necesita a sus dos socios, primero para la investidura y luego para la estabilidad de su gobierno durante la legislatura que ahora comienza. Por su parte Oltra llega debilitada por el resultado y muy dolida con el President al que culpa de su mal resultado por haber hecho coincidir autonómicas y generales en contra de su opinión. Además, la líder de Compromís, con toda la legitimidad, quiere durante los próximos 4 años revertir lo que ha pasado en los 4 últimos, es decir, ser ella y su partido la que rentabilice mejor la acción del gobierno valenciano y no padecer el denominado abrazo del oso.

Además, en los próximos días deberá despejarse el futuro político de Oltra. Sin nuevos comicios locales, generales y europeos a la vista, todo apunta a que se mantendrá en la política autonómica y dentro del Consell. La primera duda es si mantendrá su compromiso de seguir al frente de las políticas sociales en primera persona o intentará tomar distancia de esa dura tarea de gestión para centrarse en su vertiente más política. La segunda es si querrá seguir como portavoz del ejecutivo siempre que se acordara así en el nuevo pacto. La tercera es la de su cómo afrontar su liderazgo en Compromís algo cuestionado estos días, aunque en privado, desde algunos sectores de sus socios internos del Bloc que, por cierto, sí han ejercido algo de autocrítica.

Por cierto, me cuenta una amiga que, aunque no han empezado las negociaciones formales, una de las soluciones más probables para la elección de la Mesa de les Corts el 16 de mayo es la de repetir la fórmula que se dará para el nombramiento de los senadores en representación del parlamento valenciano, es decir, 2 para el PSPV y 1 para PP, Ciudadanos y Compromís. Eso sí, espero que no se vuelva a repetir uno de los espectáculos más lamentables de nuestra joven democracia, la de elegir para dirigir la cámara solo a hombres algo que, solo después de la foto de la vergüenza, corrigieron deprisa y corriendo.

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