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Javier Cuervo

Artículos de broma

Javier Cuervo

Aprende con los Lannister

Como serie, Juego de tronos deja mucho entretenimiento y, como fenómeno, algunas enseñanzas.

1) Cada generación mantiene la inocencia para detener al manco en El fugitivo, odiar a Falconetti en Hombre rico, hombre pobre, asistir atónitos al asesinato de J.R en Dallas o comerse el coco con el rompecabezas de Perdidos. Las ficciones son cada vez más sofisticadas para seguir embaucando a la menguante inocencia.

2) La involución social es muy rápida. Desde 2011 a esta semana la sección feminista del puritanismo hizo descender vertiginosamente la pulsión sexual de la serie, después de que el igualitarismo cuantitativo llevara rigurosa contabilidad de desnudos frontales masculinos y femeninos y cronometrado de exhibición de penes y pubis.

3) La implicación emocional en una serie con dragones sobrevolando una falsa Edad Media ha sido equivalente a la del culebrón contemporáneo de pobres y ricos. Hay quienes han visto Juego de Tronos como Fatmagul y así, por obra de la infantilización emocional, una serie tan cínica como ésta tiene seguidores tan creyentes.

4) Juego de tronos no es maniquea. No hay buenos y malos que se comporten rígidamente como tales por eso «todo es posible» y no sabes nunca «qué va a pasar ni quién va a morir» pero no importa. Gracias a la futbolización social ha logrado ser polarizadora entre los que eran de Targaryen, los de Stark y los de Lannister, de Daenerys, de Cersei, de Nieve... tomando partido y equipo por cualquier causa, sin espacio a la observación.

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