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Julio Monreal

El 'efecto Ribó' da vida a la Nau

Cuánta razón tenían quienes aseguraban que sólo habría una gran movilización electoral en esta primavera de urnas y que esa se produciría el 28 de abril. Hace un mes, más de 453.000 ciudadanos de la capital del Turia salieron de sus casas y acudieron a los colegios para decidir la composición del Congreso, el Senado y las Corts Valencianes. Ayer, la jornada electoral para elegir alcaldes y eurodiputados movilizó a cerca de 390.000. Más de 60.000 valencianos se han quedado en su casa esta vez.

La caída de la participación a un 66,32 % significa un 6 % menos que hace cuatro años y un 11 % menos que en las autonómicas de hace un mes. Este escenario da aún más valor a la victoria de Joan Ribó y la candidatura de Compromís, que ha obtenido más de 106.000 votos, el mejor balance de su historia con el 27,44 %. Son unos 10.000 sufragios más que cuando alcanzó la Alcaldía en 2015, lo que quiere decir que ha habido «efecto alcalde», poco previsible a la vista de los discretos resultados de la coalición de la sonrisa hace solo un mes.

Ribó podrá presidir un segundo mandato con el apoyo de los socialistas de Sandra Gómez. La suma les da 17 concejales, uno por encima de la mayoría absoluta, igual que han estado estos cuatro años, pero el tercer socio, Unides Podem-EU «se ha quedado atrás», como dicen los piratas cuando un0 de los suyos perece en el combate. La candidatura encabezada por María Oliver, que ha participado entre 2015 y 2019 en el Govern de la Nau con sus tres ediles, se ha hundido en el 4,17 %, por debajo del límite del 5 %, y sus 16.158 votantes no tendrán representación. Lejos quedan los más de 40.000 votos morados de las municipales de 2015 y mucho más los 66.000 de las generales hace solo un mes.

Compromís y el PSPV-PSOE se han comido a Podemos. Dos de sus escaños pasan a los de Sandra Gómez y el tercero, a las filas de Ribó. Los dos dirigentes habían expresado durante la campaña que incluso por encima de los resultados de sus partidos deseaban que la suma de la izquierda diera para seguir gobernando. Los dos temían que Podemos no llegara al 5 %, y así ha sido. Al espectacular resultado de Compromís se ha sumado un notable avance de los socialistas. El «aire fresco» de Sandra Gómez eleva a más de 74.500 los apoyos del PSPV-PSOE en la ciudad, muy por encima de los 55.400 de 2015 aunque lejos de los 113.216 de las generales del 28-A y los 89.028 de las autonómicas de hace un mes, si bien obtiene ahora el mismo porcentaje, 19,24 %, que logró la lista encabezada por Manuel Mata en la capital.

Hasta aquí los cambios. En el ala derecha del hemiciclo la foto se ha movido poco. Ciudadanos se queda donde estaba, por detrás del PP, a pesar de que le había adelantado en los comicios de hace un mes. Adiós «sorpasso». María José Catalá ha logrado revertir la situación en solo 28 días y ha dejado a Fernando Giner sin el título de líder de la oposición. El de C's se queda en 68.283 votos, 17.000 menos de los que Toni Cantó logró hace un mes, los que les hicieron creer que la Alcaldía estaba a su alcance. Un sueño roto. El PP baja de los 10 ediles del 2015 a 8, de los 107.500 votos de entonces a 84.328, que son prácticamente los mismos que obtuvo en la doble cita de abril. Los dos ediles que pierde se van a Vox, que recibe 27.362 sufragios, la mitad que hace un mes. Parece como si la mitad de los votantes de los ultras se hubieran arrepentido de apoyarles y se han quedado en casa. Mucho mejor así.

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