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En voz alta

Sandra Gómez quiere ser Mónica Oltra

Que nadie se asuste en el PSPV y Compromís. No es que la portavoz socialista en el Ayuntamiento de València vaya a cambiarse de partido ni tan siquiera que vaya a asumir las tesis de la líder de la formación valencianista, se trata de cómo afrontar la futura relación dentro del gobierno municipal en esta nueva legislatura y, sobre todo, con Joan Ribó que a buen seguro continuará al frente de la alcaldía.

Hace 4 años cuando la suma de concejales del tripartito de izquierdas permitió el cambio en el consistorio tras 24 años de PP y de Rita Barberá, se dieron una serie de circunstancias que permitieron a Ribó una negociación muy cómoda que le situó muy por encima de sus compañeros de pacto y con pocas cesiones hacia los mismos. Además de las ganas de desalojar a los populares tras casi un cuarto de siglo hubo factores claves como la gran diferencia en el número de concejalías entre Compromís y PSPV -nueve frente a cinco- , las presiones desde el ámbito autonómico donde Ximo Puig no quería conflicto alguno en su negociación por la Generalitat y también un factor psicológico ya que el portavoz municipal socialista en ese momento, Joan Calabuig, quedó bastante tocado con el resultado electoral como para plantear más batalla.

Ahora, 4 años después, las cosas han cambiado mucho. Primero por la experiencia acumulada que demuestra el gran protagonismo del alcalde frente a sus socios pero es que, además, la diferencia ahora se ha acortado tanto en escaños como en votos y ahora serán dos y no tres los socios. Consciente de todo esto, creo que Sandra Gómez va a apostar fuerte sin admitir presiones ni de sus futuros socios ni de su propio partido. Visto el resultado, parece legítimo, por ejemplo, recuperar la figura de la vicealcaldía y pactar un protagonismo para toda la legislatura similar al que ha tenido y seguirá teniendo la líder de Compromís, Mónica Oltra, con respecto a Ximo Puig en la Generalitat.

Solo esto no te garantiza, ni mucho menos, crecer a lo largo de la legislatura pero sí es una base más que razonable para hacer valer el resultado obtenido y legítimamente intentar rentabilizarlo en los próximos 4 años. Tan importante como esto será observar el clima de complicidad que se logre entre los dos grupos que reeditarán el pacto en el Ayuntamiento de València. Joan Ribó y Sandra Gómez están obligados a entenderse en lo político pero también en lo personal. Ahí el alcalde tiene una gran labor por delante para empatizar con todos los miembros de su futuro equipo de gobierno, sean o no de su partido. Todo ello, por cierto, en una coyuntura donde, además de la gestión, se hablará mucho de la sucesión de Ribó porque él mismo ya ha dejado claro que no volverá a presentarse.

Por cierto, me cuenta una amiga que el resultado electoral del pasado domingo ha enrarecido todavía más la relación entre Podemos y Esquerra Unida y que en la negociación del nuevo Botànic van a ir por libre.

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