“Todos (todas) somos mutantes” comentó el biotecnólogo Lluis Montoliu, en la incitadora disertación titulada: “Editando genes: recorta, pega y colorea”. En otro espacio y en otra fecha, Gemma Marfany, profesora del Departamento de Genética de la Universidad de Barcelona, desbarataba mensajes de intolerancia y exclusión afirmando: “Todos (todas) estamos relacionados con todos (todas)”; la también escritora sacó a colación el proyecto favorecedor de diagnósticos, existente en Inglaterra desde hace cinco años, denominado Cien mil genomas, y la presencia de negocios dedicados a la genómica, “Pagas de doscientos a seiscientos euros para hacer la genealogía (genética)) en una empresa privada; hay revistas que se dedican a la genética de la conducta humana”.

Montoliu atrajo, en cuantía relevante, a mentes científicas y otras no tan doctas. Su conferencia se desarrolló en el CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Científicas, cuyo primer presidente fue Santiago Ramón y Cajal, premio Nobel de Medicina en 1906; y que actualmente está regido por la asturiana, doctora en Químicas, Rosa María Menéndez, primera mujer en tal cargo, ganadora del XIX Premio DuPont de la Ciencia, otorgado por la multinacional estadounidense colaboradora en la construcción de la primera bomba atómica.

En el primer piso de un antiguo edificio reformado, lindante a la plaza de la Virgen (València), donde los escalones son incidentes recurrentes, tanto en la entrada como al acceder al ascensor, el moderador del evento José Pio Beltrán Porter, doctor en Ciencias Químicas por la Universitat de València (UV) y titular de tres patentes, una de ellas se refiere al aumento de flores y vida útil de plantas ornamentales, presentó a Montoliu, el cual inició su intervención afirmando: “Hombres (mujeres) mamíferos tendemos a desdeñar a las bacterias”, para a continuación introducir en el discurso el nombre del ilicitano Francis Mojica (Francesc Joan Martínez Mojica), barajado como próximo premio Nobel, y el de CRISPR (Clustered Regularly Intersapaced Short Palindronic Repeats), “CRISPR lo que hace es eliminar al represor”. ¡Ojalá igual avance existiese para aplicarlo en otros muy diferentes ámbitos ya sean culturales, sociales, políticos, económicos y demás! CRISPR es producto de la concienzuda investigación, durante años, del microbiólogo Mojica en las salinas alicantinas (Santa Pola-Torrevieja).

Días después, Gemma Marfany, en el Aula Magna de La Nau, también hablaría de Mojica: “CRISPR ha revolucionado a todos (todas); se puede aplicar a todo. A partir de aquí podemos hacer el embrión perfecto, pero, ¡prudencia!”.

Apremia meterse de lleno en el estudio de leyes, creación de otras nuevas y modificación de normas acoplándolas a la irreversible y vertiginosa evolución científica. En Gattaca, película escrita y dirigida por el neozelandés Andrew Niccol (¡en 1997!), ya se cita el genoísmo (discriminación genética). “Aumenta la discriminación genética y por estilo de vida en el ámbito laboral”, (www.abc.es”, 11/05/2007). En el mismo film se incluye como mensaje, posiblemente tranquilizador, el de que no existe ningún gen que marque el destino.

“Yo creo que hay un problema; información no nos falta, lo que tenemos es que educar a la gente para que tenga sentido crítico, nos apuntamos a muchos carros aquí, pero nos falta sentido crítico”, recalcó insistentemente Marfany. Sentido crítico, pero ¿qué metodología se utilizaría para inculcarlo? ¿Acaso interesa que se ejercite el sentido crítico?

Pio como miembro del jurado de los Premios Jaume I, comentó que tuvo entre sus manos el curriculum de Mojica, “Lo descarté” en la primera criba para más tarde descubrir la relevancia del trabajo del que, actualmente, todo el orbe científico habla. “Premios Nobel en España no nos sobran, desde mil novecientos cincuenta y nueve no hemos tenido un candidato (candidata) que haya sonado fuerte como Mojica”. Estudioso de las arquesas a las que “Les encanta vivir en las salinas”, Mojica, llegado el momento de bautizar su descubrimiento lo hizo como CRISPR, comentando: “Suena como a cereales”.

“Cuando no te dan dinero y tienes ideas se te ocurren cosas” y así, la ciencia nacional avanza abriéndose paso a través de la cenutria negligencia.

“Podemos cortar el ADN donde queramos. La edición empieza cortando un gen”, y la tijera es CRISPR. “Una verdadera revolución, lo estamos utilizando para las enfermedades raras”, enfermedades, tales como el albinismo, “No pueden enfocar ni percibir las tres dimensiones, lo ven todo en dos dimensiones”. A partir de “un modelo avatar, ratoncitos que comparte tu misma carga genética”, se estudian casos como el de la actriz, modelo, periodista y directora de cine valenciana Patty Bonet; pero, “Las células no tienen memoria, a veces ocurre lo que nosotros (nosotras) queremos, pero a veces; como en las colchas de patchwork” surgen “ratones mosaico”; y añadió Montoliu: “Estamos explorando la nanotecnología, para eso tenemos los avatares”. ¿Para cuándo otras soluciones que faciliten la experimentación?

“Nana y Lulu: las mellizas transgénicas del “rico” He Jiankui”, (www.elmundo.es, 08/12/2018)), han sacudido los principios de la sociedad. En palabras de Montoliu “Las gemelas tienen que estar supervisadas de por vida, y su descendencia”; mientras que Marfany en su charla “Humanos 2.0 la genética del siglo XXI”, puntualizaba: “Sabía que lo quería hacer, y lo ha hecho. Se les han escapado las cosas por las costuras. Las cosas no se han hecho bien en este caso”.

CRISPR “Es como si tuviésemos un tipex molecular” y su utilización está generalizada en seres vivos no humanos, “Está en todos los lados”, en champiñones, maíz, trigo. Entre las múltiples proyecciones que ilustraron la oratoria de Montoliu, la imagen de una vaca lechera de Holstein motivó que el científico preguntase al público: “¿Qué tiene de raro?” y lo que tenía de raro es que le serraron los cuernos. “Esto es un desastre para el bienestar animal y granjeros (granjeras)”. Mediante manipulación genética “la raza Angus no tiene cuernos”. Sea como fuere, con o sin cuernos, la tortura a becerros, vaquillas y toros continúa en rituales que desatan crueles instintos en torno a una víctima.

“La terapia en vivo es la más arriesgada” puntualizaba Montoliu mientras que Marfany, al respecto, establecía que “Todo aquello que se hace con células madre en laboratorio” no conlleva complicaciones, “El problema es si se hace in vivo, en el paciente”.

“Cuidado con los titulares” advirtió Montoliu refiriéndose a las aplicaciones de CRISPR, “Todavía no es oportuno dar expectativas”.

La Reina blanca, en el cuento del polifacético escritor inglés Charles Lutwidge Dogson (Lewis Carroll), Alicia a través del espejo, comenta: “Algunas veces he creído hasta seis cosas imposibles antes del desayuno”. Palabras que encabezan un capítulo de Mi familia y otros animales, escrito por el naturalista inglés Gerald Durrell.