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Gemma Martínez

El apunte

Gemma Martínez

Lo crucial es la vida

Dramaemperatrix y fangirl. Así se presenta en Twitter Beatriz Hoya, una de las bendiciones que las redes sociales han traido a mi vida. Que las hay. No todo el universo online es fétido y miserable.

Como yo, Hoya, lectora vehemente, subraya los libros y es una de mis bibliotecarias virtuales favoritas. Sabe de prosa y de poesía; de obras sesudas, dramáticas y existenciales pero también de libros de avión, que se consumen lo que dura un Madrid-Nueva York. Pocas cosas satisfacen más que contarse la vida a través de los libros.

Gracias a ella descubrí a una de las autoras que más me ha cautivado en los últimos dos años, Maggie O'Farrell. ¡Cómo no nos conocimos antes, O'Farrell!. La primera mano que sostuvo la mía, que fue la tarjeta de presentación de mi bibliotecaria, es el ejemplo perfecto de una historia bien construida y mejor escrita, de las que, además, no para de anudarte el estómago de puro sentimiento. Después de tal hallazgo, la siguiente obra suya que leyera no lo iba a tener fácil, debido al juego de las expectativas, esas que tanto cuestan a veces de gestionar. Una visita a la última Feria del Libro de València hizo la elección por mí, al mostrarme Sigo aquí, de mi admirada editorial Libros del Asteroide. La obra, autobiográfica, narra varios momentos en que 0'Farrell estuvo a punto de a perder la vida. En sus propias palabras, diecisiete roces con la muerte. La terminé hace tres días y no puedo más que recomendársela. Leanla. El último capítulo es un digno sucesor de La primera mano que sostuvo la mía. Lloré sin parar durante seis páginas seguidas. El mensaje del libro es que lo crucial es la vida y que todos los problemas diferentes a la ausencia de ella no son más que menudencias. No he podido dejar de pensar en ello desde entonces. Es fácil dejarse llevar por las miserias del día a día, que todos las tenemos, y olvidar que somos afortunados. No hace falta que pase una desgracia personal para recordárnoslo. Un solo libro puede hacerlo. Seguimos aquí y podemos contarlo.

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