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Suspense para la investidura

No basta ganar las elecciones. Como se vio en Andalucía primero, y se está viendo en la Comunidad de Madrid o de Murcia, los pactos desplazan al más votado y construyen una mayoría en la asamblea o en parlamento y determina, con un reparto de poderes, quienes se quedan con el gobierno correspondiente y quien siendo necesario, exige su parte y no quiere ser convidado de piedra.

En el Gobierno de España no ocurre así, porque no suman y no hay alternativa, como lo han expresado cada uno a su manera Pedro Sánchez, y el ministro en funciones de Fomento, Ábalos. O sale en este caso la suma (muy heterogénea) o nos veríamos abocados a volver a convocar elecciones y ver el resultado de las urnas. Tenemos una experiencia al respecto, cuando Rajoy se abstuvo, porque las cifras no le salían, y el líder socialista se presentó, pero no obtuvo lo que era necesario, así que llegamos a unas segundas elecciones adelantadas, y en esa repetición, además, se llegó a una situación sin salida, y se solventó con la abstención del PSOE (y todo lo que conllevó en este partido).

Que ocurrirá ahora está por ver. Todo puede suceder y la posibilidad no es solamente una amenaza para que los posibles socios cedan en algo. No hay ningún pacto sin que ambas partes cedan en sus pretensiones y objetivos.

Y conforme a las explicaciones que dieron los líderes de Podemos, de Ciudadanos y del PP, tras los encuentros con el candidato socialista, no hay nada que haya quedado resuelto de una vez. Si habrá un Gobierno de coalición o uno de colaboración, y en qué medida y a qué niveles será, cuánto van a compartir, si un programa, como mínimo, para la investidura o para toda la legislatura, sigue abierto. La razón esgrimida por parte de la portavoz Adriana Lastra es que ambos no dan la mayoría absoluta. Y son necesarios otros pactos y con otros partidos se reunirán para ultimar algo muy substancial, cuáles son las exigencias del PNV o de Compromís así como el de otros. Pero algo sí que avanzó Pablo Casado con su comparecencia el pasado martes al hablar de Navarra Suma o de Coalición Canaria, ya que los populares no se oponen a que ellos sí que voten a favor o se abstengan, según convenga para el resultado. Y eso tiene un precio, sobre el cual no dijo nada, pero en el caso de Navarra es conocido de sobra y ahí les duele a los socialistas navarros.

Si todo eso sucederá en breve o si va a hacerse esperar hasta julio (porque la segunda votación en las Cortes de España puede tardar). Y vamos a estar en vilo hasta ese momento, eso que ahora llaman «la foto finish».

De momento el hecho de ir tan pegados los comicios generales y los autonómicos y locales ha hecho que los pactos postelectorales para estos y las instituciones han primado e impuesto su tiempo como no había ocurrido nunca antes. Así que la coyuntura es la que manda y la que caracteriza este tiempo revuelto (que coincide con el clima bastante alterado de los últimos días).

La opinión de los analistas políticos es que la derecha le interesaría tal vez llegar a esa repetición electoral, y en cambio a la izquierda le podría ir mal(o no tan bien como le ha ido) pensando en que se daría un cansancio lógico y un descenso de la participación. Y el riesgo que se correría es que entonces sumaran menos que en las actuales circunstancias, por lo que se impone la cautela y mucha cintura. Así que va a haber suspense.

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