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Una gran losa

Leer en portada que ya eran mil las mujeres asesinadas a manos de sus parejas o ex parejas me ha conmocionado. Estoy segura de no ser la única en sentir esa gran losa. Es algo energético que se remonta al principio de los tiempos.

La mujer siempre fue un pilar importante de la sociedad y la familia y trabajó para sacar adelante a sus hijos sin embargo pocas veces se reconoció su esfuerzo y no tuvo voz ni voto hasta mediados del siglo XX.

Dentro de este juego y en función de los tiempos ha habido grados y niveles. Hombres mejores y peores, mujeres más o menos rebeldes.

Pero sin duda el hombre instintivo-emocional con poca capacidad de razonamiento y que confunde el descontrol con la pasión ha sido el enemigo a batir. Mata por un amor malentendido y considera a su compañera un mero objeto, parte de su propiedad.

¿Hasta cuándo?

A pesar de la evolución natural y de que supuestamente cada vez somos más inteligentes y empáticos, este tipo de hombre no ha evolucionado y busca una víctima, una mujer dócil que compense y ponga orden en su vida. Establece así una relación de dependencia emocional con su pareja. Pero nadie puede ser eternamente dócil. Si la mujer se rebela, él lo vivirá como una traición y se creerá con el derecho de matarla.

Nuestro sistema es complejo y exigente a la hora de hacer cualquier trámite absurdo y en cambio no lo es a la hora de detectar a estos depredadores.

Para obtener, por ejemplo, una tarjeta de sanidad tienes que tener el padrón actualizado, el libro de familia, el pasaporte o DNI vigentes, rellenar un formulario, solicitar número en el INSS y en cambio para tener pareja, casarte y tener hijos nadie te pide absolutamente nada. Es inverosímil.

Si una persona carece de autocontrol es mejor que no forme una familia. Y si no eres capaz de verlo, deberían asesorarte al respecto. Incluso, llegado el momento, impedírtelo.

Exigimos derechos pero también debemos ser capaces de cumplir con nuestros deberes. Si la base de la familia es el amor cuidar a los tuyos es lo mínimo exigible.

La atracción por el maltrato

Dicha atracción tiene su origen en la infancia. Si los niños son maltratados de pequeños es fácil que repitan ciertos patrones de conducta y se identifiquen o bien con el maltratador o bien con la víctima. Por eso en estos casos es aconsejable hacer una buena terapia.

Es evidente que la mujer también debe tener una actitud activa y salvaguardarse de estos sujetos al primer indicio. Una mujer que se precie no debe sembrar sobre terreno pantanoso. También es cierto que a veces los maltratadores no dan la cara hasta que atrapan a sus víctimas y se casan. Muchas mujeres quedan atrapadas en situaciones complejas y más si hay hijos de por medio.

Para ser capaz de decir no hay que tener una buena autoestima, apoyo familiar , algo de dinero y un buen abogado matrimonialista.

He podido observar que algunas mujeres confunden el maltrato con la pasión. Pero es evidente que eso sólo refleja la falta de autoestima anteriormente mencionada.

Para que quede claro. Maltrato: comportamiento violento que causa daño físico o moral.

Con maltratadores no puede haber segundas oportunidades. Nunca funciona.

Más solidaridad y prevención

Necesitamos más apoyo del Gobierno pero también de la iglesia y de la sociedad civil en general. No es normal que una pareja pueda pasar días discutiendo a grito pelado y que los vecinos no avisen a la policía inmediatamente. En esos casos hay que actuar con la máxima rapidez.

Los que prefieren no mencionar el tema o no reconocerlo y tratan de justificarlo no saben el daño que hacen porque confunden a los más jóvenes y mantienen viva la llama del machismo. Es importante tomar conciencia de ello y no permitir que ciertos partidos políticos cuestionen lo incuestionable. Nos ha costado mucho llegar hasta aquí.

Lo único positivo del asunto es que estas desoladoras cifras van descendiendo en el tiempo. Frente a 71 asesinatos que se produjeron en el 2003 son 25 los asesinatos del 2019. Pero en cualquier caso el dato sigue siendo devastador.

Sí, sin duda una gran losa que nos aflige a todos.

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