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Maite Fernández

Mirando, para no preguntar

Maite Fernández

La educación comienza en casa

Por fin se acaba el curso escolar. Llega el verano y con él las vacaciones. «Dos meses libres por delante para olvidarme del timbre que anuncia el inicio de la clase, de la mochila y los libros y, sobre todo, de los gritos de Eduardo cuando dice que no le presto la atención que se merece». Rafa está agotado por el curso, quemado con sus compañeros de aula. Empieza a pensar en tirar la toalla, en cambiar las aulas por una nueva ocupación. Rafa es maestro de primaria por vocación, convencido de que una buena sociedad empieza por una buena educación.

10 profesores son agredidos cada día en nuestro país. Eso es lo que dicen, al menos, los sindicatos de la enseñanza. Agresiones verbales, como insultos o amenazas; agresiones físicas, como la que sufrió la profesora de biología de València la semana pasada. Esta 'rebelión en las aulas' se parece poco a la que sufría Sidney Poitiers en la película de los años 70 (que en inglés se titulaba To Sir, with love). Los profesores ya no tienen autoridad.

Como en muchos otros ámbitos, creo que también en este nos hemos 'pasado de frenada'. Del respeto 'ridículo' que se tenía al maestro, al que se le hablaba de usted y que obligaba a los alumnos a ponerse en pie cuando entraba en el aula, a los videos que se convierten en virales porque se ha grabado a una profesora en una postura ridícula al agacharse a recoger una tiza. Del temor que infundía el profesor de química cuando no respondías con rapidez cuál era el número atómico de los elementos, al desasosiego con el que algunos docentes acuden al aula después de que al compañero de ingles un alumno, menor de edad, le rompiera el brazo.

He visto a chavales salir de una reunión con la tutora con una enorme sonrisa en la cara porque su madre había puesto a la profesora en su sitio: «No es posible que a mi hijo le hayan suspendido todas las asignaturas», le escuché gritar airada a esa madre. Y claro, el 'peque' encantado con la defensa.

Este es el e-mail de una madre 'airada' a un tutor que quiso poner orden en su clase: «Es una clase que necesita refuerzo positivo. Hay mil premios que ofrecerles antes que dejarles sin patio. Premiarles con una merendola, una pequeña excursión, ir al cine, partido de fútbol, de baloncesto, de rugby.... Les falta mucha madurez y si hay que tratarlos como si tuvieran menos edad de la que tienen pues se hace». Platón lo tenía muy claro: «cualquier hombre es capaz de tener hijos, pero no cualquiera es capaz de educarlos».

¿Qué pasaría si nos pusieran micrófonos en nuestro trabajo para conocer los comentarios que hacemos de compañeros o de los jefes? Pues los profesores han llegado a sentirse acosados cuando conocen que algunos padres ponen grabadoras a sus hijos. Aumenta el bullyng, los niños se rebelan contra profesores y compañeros, los maestros se lamentan de que no tienen autoridad porque, en muchos casos, se la quitan los padres€ La base de la educación -la relación en las aulas- tiene un serio problema al que debe ponerse solución desde casa. Los padres tenemos mucha responsabilidad.

Me quedo con esta reflexión de Albert Einstein: «Si la educación les parece cara, prueben con la ignorancia».

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