Se ha erigido en patrono de las causas perdidas y en embajador de buena voluntad y, allá donde va, la pifia. Pifiarla fue una constante cuando presidió el Gobierno de España, etapa en la que abrió melones a punta pala. Melones de todo tipo, algunos salieron pepinos difíciles de digerir. Cuando habla no sabe si mata o espanta. No me extraña que muchos de sus compañeros de escudería se alejen no sólo de sus postulados, también de una posible cercanía física, conscientes de que, desgraciadamente, todo se pega menos la hermosura.

José Luis Rodríguez Zapatero, ZP, va a su aire, a su bola, sin encomendarse ni a Dios ni al diablo, siempre más cerca del último que del primero. Quizá ello vaya en su condición. Por favor, que alguien con un poco de mando en el Partido Socialista lo envíe a Groenlandia o Alaska, lo más lejos posible de la civilización. Claro que este tipo es capaz de provocar un conflicto internacional con los mismísimos esquimales.

Como lo de Venezuela está en punto muerto, esta vez ha dejado su impronta en Rac-1 donde le han entrevistado dejando multitud de titulares de los que ha bebido el independentismo catalán durante unos días. Ha entrado al trapo como si un 'victorino' fuera. A este le ponen una alcachofa disfrazada de micrófono, hacen que le prestan interés y canta La Traviata sin necesidad de acudir a los servicios de Sonsoles Espinosa, su encantadora esposa, que como todo el mundo sabe es soprano.

Con un aire de autosuficiencia política y el plus que le da el hecho de haber sido presidente del Gobierno de España, se ha mostrado más favorable a las tesis independentistas que a las constitucionales. De hecho, ha pedido "estudiar" los indultos a los presos del 1-O y una sentencia que "no comprometa el diálogo". Habría que saber si en verdad habla por sí mismo o si es un enviado del presidente en funciones, Pedro Sánchez. De ahí las reticencias, de ahí la desconfianza de Albert Rivera. La señora Arrimadas no ha perdido un solo minuto en hacer ver a sus votantes y a todos los españoles el peligro que tienen los ZP que en España son ante cuestiones que no se pueden pasar por alto so pena de que España se vaya cual nave al garete.

Rodríguez Zapatero no ha entendido nada. Rodríguez Zapatero no ha aprendido nada después de dos legislaturas como presidente del Gobierno. A él se le deben principalmente estas y otras cuestiones que venimos arrastrando. Una vez abierto el melón o te lo comes o dejas que se pudra. Y no hay más cáscaras. Este individuo abrió tantos melones que estamos a punto de sufrir una fuerte indigestión. Ni tiene amor propio, ni principios, ni sentido de Estado, ni miedo al ridículo. Con su carita de 'netol' va ensartando perlas en un collar que acabará ahogándole. O ZP, o el resto de españoles. Rodríguez Zapatero se sobra y se basta para poner en dificultades cualquier aproximación en la posible malograda investidura de Sánchez. Tras confesar que ha mantenido conversaciones con Oriol Junqueras, se ha permitido avalar que "puede haber aproximación y acuerdo" con los partidos independentistas en el Congreso de los Diputados para una posible investidura de Sánchez.

Que a nadie extrañen las reticencias de Rivera y de todos cuantos opinan que más tarde o más temprano, Sánchez se venderá al independentismo. ZP lo está dejando en evidencia por donde quiera que vaya. Sobre todo, cuando le entrevistan en una radio o un canal de televisión catalán en los que su servilismo a la causa independentista queda bien retratada.