E l 24 y 25 de junio se reunieron en Madrid los coordinadores nacionales y responsables de cooperación de los 22 países que conforman la Comunidad Iberoamericana, para preparar la XXVII Cumbre a celebrarse en Andorra en noviembre de 2020 con el lema Innovación para el Desarrollo Sostenible - Objetivos 2030. El 26, 27 y 28 de junio, tuvo lugar en València el III Congreso Internacional América-Europa, con el lema Gestión de los Bienes Comunes a partir del Tribunal de Aguas de València, y presentación de experiencias en Bolivia, Colombia, Cuba, Ecuador, EE UU, España, Italia, México, Perú y República Dominicana. Y el 28, en el marco de la reunión del G20 en Osaka, se firmó el Acuerdo Comercial entre la UE y Mercosur que favorece el comercio entre los 32 países involucrados, con efectos que pueden ser positivos para la industria europea (en especial la alemana), pero negativos para la suramericana y las empresas agrícolas, cárnicas y lecheras de países sureuropeos.

Rebeca Grynspan, la Secretaria General Iberoamericana, dijo en un tuit que celebraba el Acuerdo porque envía un potente mensaje sobre el valor del comercio internacional en tiempos de división y proteccionismo. Gran momento, señaló, para la profundización de las relaciones Europa-América Latina. ¿Qué tendrá que ver con los complejos temas anteriores, en plena y dura globalización del siglo XXI, un galeón español hundido por los ingleses y que reposa desde hace 311 años (con historia, muertos y carga) en aguas territoriales colombianas, entonces del Virreinato del Perú.

La respuesta se encuentra en la Declaración aprobada en la clausura del III Congreso AE: El Galeón San José (GSJ) es un naufragio histórico, un yacimiento arqueológico y una tumba marina; una irremplazable cápsula del tiempo de la economía, política, sociedad, cultura y tecnología de finales del siglo XVII y comienzos del XVIII en el entonces Imperio Español -el primero global en la historia de la humanidad-, que hoy disputan los gobiernos de Colombia y España, colectivos indígenas de Bolivia y Perú y empresas cazatesoros multinacionales.

En la Declaración se insta a los gobiernos que presiden Iván Duque y Pedro Sánchez y a las universidades y entidades públicas y privadas relacionadas con la investigación, protección y difusión del Patrimonio Cultural Común de los dos países y de todos los países y pueblos hermanos de Iberoamérica, a coordinar talentos y capacidades científicas y técnicas, y voluntades políticas y ciudadanas en un proyecto internacional que, con apoyo de la UNESCO, garantice la protección del pecio. La Declaración se complementa con la comunicación titulada Galeón San José (GSJ). Patrimonio Común sumergido colombo-hispano o hispano-colombiano, en la cual se plantean dos propuestas que ligan la globalización del XVIII con la del XXI:

1.- Concretar las conversaciones iniciadas por los presidentes Duque y Sánchez en la visita del segundo a Bogotá en agosto de 2018, con el importante pero insuficiente reconocimiento de que se trata de un patrimonio de la humanidad. Como el gobierno colombiano ha anunciado que hará pública su posición sobre el GSJ el 10 de octubre, el día 12 -que se propone declarar Día de Iberoamérica-, se podría firmar la Carta de Intención para el rescate (excavación), protección y difusión del continente y contenido del GSJ. El aval iberoamericano se firmaría en la Cumbre de 2020 en Andorra.

2.- Como se supone que en el contenido hay un valioso cargamento de metales preciosos (en monedas y lingotes), se podrían surtir sendos museos en las Cartagenas de aquí y allá; y crear un Fondo Iberoamericano de Codesarrollo (FIC) que enviaría al mundo un mensaje más potente y beneficioso para América Latina y Europa que el Acuerdo UE-Mercosur, por memoria, racionalidad, justicia y fraternidad. ¿Se logrará?