Como turista, nunca he dejado de ir a una ciudad española o europea porque en ella me cobraran uno o dos euros por pernoctar. Ni nunca he dejado de comer en un restaurante o comprar en una tienda porque estuvieran ubicados en una localidad donde se me cobrara un euro por dormir. Sencillamente, pagar una pequeña cantidad en forma de tasa lo encuentro razonable y más en localidades con una gran afluencia de visitantes que generan(mos) ingresos económicos con nuestra presencia pero, y eso es así, también suciedad, desperdicios o, simplemente, utilizamos los servicios públicos que los habitantes de esa localidad costean religiosamente con sus impuestos.
Me gusta disfrutar de lo que las ciudades me ofrecen pero no me gusta abusar de ellas o de sus ciudadanos que contribuyen diariamente (y con mucho más que un euro) para su mantenimiento.
Si voy a Barcelona, por ejemplo, o a Mallorca, Hamburgo, Roma, Berlín o París -algunas ciudades que cuentan con tasa turística- entiendo que ese euro o dos que pago lo hago para encontrarme las calles limpias, un metro eficaz,un patrimonio cuidado y una red de servicios adecuada dispuesta a sostener mi presencia como turista y garantizarme una buena estancia.
¿Quien no ha pensado alguna vez que la València en fallas actual no empieza a ser insostenible (si no lo es ya) desde el punto de vista medioambiental? ¿Cómo queda el suelo de la plaza del ayuntamiento tras la mascletà (suelo, alcorques y zonas de jardines)? ¿O cualquier calle del «cap i casal» del centro durante esos días? Si la basura que generamos esos días la propiciamos todos -locales y turistas- ¿porqué solo debe costear su limpieza una de las partes? Es decir, me parecería igual de injusto en el caso de que solo lo pagaran los turistas por el mero hecho de serlo. También sería un abuso de difícil justificación. ¿Pero que los turistas contribuyan con una pequeña cantidad al buen mantenimiento de la ciudad los días que estan entre nosotros? Eso me parece más que justo. Y seguro que a muchísimos turistas que vienen a València también. No regalemos lo que nos cuesta y apreciamos tanto.
