Qué fatigoso el punto de vista que busca ser idea. Al final, todo aquello que pretendemos asegurar, es síntoma de inseguridad que no pasa de duda. La ignorancia es una gran argolla de la que cuelgan muchas cosas; qué de personas muy bien pulidas por fuera son desesperanza de entendimiento, junto a la lentitud (sea de la índole que sea) se retrasa hasta el tiempo. Hablar con la boca pastosa por la ignorancia es fabricar palabras con mal aliento...

El otro día en un bar, me di cuenta del "valor" desesperado de la ignorancia. Era un grupo de cuatro hombres, por cierto, tiraban todo al suelo:servilletas, huesos de aceituna, palillos, y hasta algún moco (no es ironía). Al rato entró un señor educado, correcto y con buenos modales "¿camarero, por favor, me puede poner un agua con gas?". Ni cortos, ni perezosos, fueron a por él, burdamente empezaron a provocar, ejerciendo una absurda autoridad empezaron a decir: "mira el pijo", "tenemos más dinero que el educadito", "pide otra de gambas, será por dinero". Y así un buen rato... El otro señor ni los miraba, estaba ajeno a toda la polvareda levantada por los burros, él daba tragos cortos al agua, leía tranquilamente el periódico y pasaba de todo; junto a la prudencia está el valor de las personas que piensan. ¡Ya lo creo, ya!

Las personas que solo pueden contar lo que tienen, son más pobres que las personas que solo pueden contar lo que saben. El mundo está lleno de singulares criaturas, tengan cuidado y no caigan en las provocaciones de la ignorancia, no olviden que junto al silencio está la mejor respuesta.