El título responde a una reflexión sobre la campaña andaluza del 016 y sobre la guía de servicios municipales de Torrevieja. Es imperativo rebatir públicamente cada declaración que aparezca en los medios de comunicación, y atente contra la igualdad de derechos o sea claramente machistas, como cuando cierta política cuestionaba si todo el tiempo había que preguntar si era que sí. Sin lugar a dudas sí, dentro de los derechos sexuales y reproductivos se encuentra el derecho a decir no a iniciar o continuar una relación sexual. Obviando infamias, es importante aclarar que en todo momento una mujer tiene derecho a decir que no continúa una relación sexual que haya dejado de ser deseada porque es su derecho y si su pareja no lo tiene en cuenta se produce una agresión sexual. Es fundamental añadir que situaciones de este tipo podrían evitarse, en jóvenes y adultos, con la adecuada formación afectivosexual.

Hay que exigir a cada persona pública y figura política que pida la regulación de la prostitución y afirma que es un trabajo como otro cualquiera que explique cómo una práctica que atenta contra los derechos humanos puede ser reivindicada amparándose en una ficticia la libertad de elección. No puede haber libertad de elección cuando los intereses socioeconómicos no te ofrecen formación adecuada ni opciones diversas para conseguir ingresos. O que no se denominen «proderechos», ocultando que los usuarios de la prostitución pagan por poseer a su antojo el cuerpo de las mujeres en situación de prostitución; pagan para asegurarse que no hay un NO a lo que ellos pidan, por ejemplo no usar preservativo; pagan para saltarse las normas de convivencia establecidas que exigen respeto mutuo y no ejercer la violencia física y/o verbal; pagan para que todo valga: puntúan a las mujeres por su grado de precariedad económica porque esto las obliga a consentir «cualquier cosa» y lo sabemos por los testimonios de mujeres supervivientes, los comentarios en chats de usuarios de prostitución y los ya existentes estudios sociológicos.

En la pornografía, la mujer aparece sometida a las apetencias sexuales del o los hombres presentes y sin posibilidad de decir NO a nada, patrón que reproducen las violaciones grupales, porque una mujer podría decir que NO a un hombre, pero ante un grupo de alimañas no puede decir NO.

Esquema reproducido en cada asesinato machista: «Compórtate como yo quiero. No puedes decir NO», «Las normas las pongo yo. No puedes decir NO», «Seguiré viviendo en esta casa. No puedes decir NO» , «Se hace esto. No puedes decir NO», ...

Seguimos en una cultura androcéntrica cuya máxima expresión es el machismo (y que no es en exclusiva una actitud de hombres), empeñada en mantener desfasadas estructuras de pensamiento basadas en el binomio dominio-sumisión, causantes de todo tipo de desigualdades sociales y de género (aunque ningún/a portavoz de VOX se haya enterado).

Mantenemos la exigencia de una sociedad igualitaria, con los mismos derechos y obligaciones, donde no se pervierta el lenguaje y se oculte la verdad llamando trabajo a actividades lucrativas que ponen en peligro la seguridad y la salud integral de quienes las llevan a cabo; con formación afectivosexual que posibilite relaciones igualitarias, en las que siempre se respeten los derechos de la otra persona y no se ejerza la violencia; donde poder desarrollar nuestra entidad como personas autónomas que pueden vivir solas, o establecer y mantener relaciones cuando lo desean, no porque se vean obligadas.

Esforzarse en conseguir los cambios necesarios no es tarea de otros, es obligación de todos.