Existen evidencias claras de los beneficios que han supuesto históricamente el progreso técnico y el avance tecnológico en relación al trabajo y a los trabajadores y han sido lugares comunes las reflexiones respecto de cómo se destruían unos tipos de empleos y se generaban otros y cómo se han transformado las formas de trabajar eliminando puestos de trabajo peligrosos, insalubres, insanos o meramente mecánicos. Estaremos todos de acuerdo pues, en que la evolución tecnológica y la innovación han supuesto siempre un avance social y sus beneficios los hemos experimentado todos.

Sin embargo en la actualidad se abren importantes incógnitas para que este axioma se siga manteniendo y en el contexto de las nuevas actividades, las nuevas formas de trabajo, y me atrevería a decir incluso, en el nuevo modelo de Relaciones Laborales, la Negociación Colectiva va a desempeñar más que nunca un papel crucial.

El futuro del empleo y la dignidad del trabajo son cuestiones que van a estar determinadas por las condiciones en las que se desplieguen los miles de convenios colectivos que enmarcarán y ordenarán las condiciones de trabajo de millones de trabajadores y que no van a estar condicionadas exclusivamente por el avance tecnológico.

En este nuevo contexto, aparecen nuevos desafíos para las Relaciones Laborales organizadas y para la Negociación Colectiva como son, la mayor diversidad en las modalidades de organización del trabajo, las nuevas estrategias de gestión empresarial y la aparición de redes de producción de ámbito mundial.

La combinación del proceso de digitalización, los efectos del desgobierno de la globalización, la expansión de los servicios y fenómenos como la economía colaborativa, el trabajo en plataformas y el comercio electrónico están recomponiendo y reconfigurando sectores enteros con efectos dispares si hablamos de consumidores o trabajadores. Todo ello apuntalado por la última reforma laboral materializada en modificaciones normativas que acabaron lesionando materias como la contratación, el despido, las condiciones de trabajo y el propio modelo de negociación colectiva.

Hasta tal punto se ha pervertido la configuración del trabajo y las condiciones en las que se desarrolla, que la Inspección de Trabajo y Seguridad Social está ejecutando un Plan de Choque contra la precariedad laboral, el fraude en la contratación y la erradicación de las situaciones de abuso con resultados francamente notables: Contratación temporal transformada en indefinida, ampliaciones de jornada en contratos a tiempo parcial indebidos, empleo aflorado de trabajadores sin contrato, falsos autónomos dados de alta en el régimen general de la seguridad social con especial atención a los trabajadores de plataformas digitales que han visto reconocido su carácter de trabajadores por cuenta ajena y su inmediata incorporación asimismo al régimen general de la Seg. Social

Los efectos de un mercado de trabajo con empleo de calidad y en condiciones de trabajo dignas, son evidentes sobre las prestaciones sociales presentes y futuras y en general sobre la sostenibilidad de nuestro sistema de seguridad social, pero también lo es sobre la mayoría de empresas que cumplen con sus obligaciones y ven como el fraude provoca una merma en su competitividad y en la productividad genérica de la economía.

En este contexto, el Consell de la Generalitat Valenciana ha decidido crear durante el segundo semestre de 2019, un Observatorio del Trabajo Decente con la finalidad de hacer un seguimiento continuo del mercado del trabajo, que detecte sus necesidades y corrija sus desequilibrios, poniendo especial énfasis en combatir la economía sumergida, la feminización de la pobreza y la precariedad laboral, sobre todo en sectores como el calzado y colectivos como el de las camareras de piso, los riders u otros.

Este Observatorio se encargará de vigilar y aplicar políticas activas de fomento del empleo en los mercados emergentes de la economía además de profundizar en el cambio de modelo productivo y en las nuevas responsabilidades y funciones de las empresas en la sociedad actual, en este sentido, la creación del Observatorio debe enmarcar el debate sobre el papel de las empresas en la sociedad, trascendiendo de su mera contribución al desarrollo económico para tener también una función clave en la mayor cohesión social y en la protección del medio ambiente.

A la Generalitat Valenciana y a los Agentes Sociales les es imprescindible disponer de elementos de análisis sobre aquellos indicadores clave que ofrezcan una visión completa de la situación sociolaboral y su evolución y para ello proponemos la creación de este instrumento de gestión de la información y el debate.

Pero este observatorio que se propone solo tendrá sentido si los agentes implicados toman decisiones en el ámbito de la negociación colectiva y el dialogo social que mejoren las condiciones de trabajo, económicas y de cohesión en las empresas valencianas.

El trabajo decente es un objetivo del desarrollo sostenible de Naciones Unidas y de la agenda 2030 y sus objetivos, que nos comprometen a todos, son:

1. Promover el empleo y la creación de empresas

2. Garantizar los derechos en el trabajo

3. Extender la protección social

4. Fomentar el diálogo social

A ellos se une la igualdad de género como acción transversal.

Desde la Generalitat Valenciana se debe hacer realidad la visión de transformación propuesta por la agenda 2030 y para ello nos proponemos incluir acuerdos con los agentes sociales para corregir los desequilibrios y desigualdades detectados en este observatorio y mejorar con ello la situación de los trabajadores valencianos.