Al leer el epílogo de, una vez más, una magnífica obra-en este caso póstumo- del gran profesor Josep Fontana (Capitalismo y democracia 1756-1848 Cómo empezó este engaño. Crítica. 2019) remarco su intento de clarificar las políticas encaminadas a favorecer el desarrollo del capitalismo, basado en arrebatar la tierra y los recursos naturales a aquellos que los utilizaban comunalmente y liquidando las reglamentaciones de los trabajadores de oficio para someterlos a reglas que hiciesen posible la expropiación de gran parte del fruto de su trabajo.

En definitiva, las pugna políticas que relata desde 1814 a 1848 tienen el objetivo de garantizar el poder de los propietarios, creando estructuras de gobierno que asegurasen la capacidad de contener a las masas.

Estas ideas que siguen imperando en nuestro actual sistema capitalista y que en la década de los 70 del pasado siglo tuvo un exponente claro en las políticas llevadas a cabo por Reagan y Thatcher debilitando de manera feroz la capacidad negociadora de os sindicatos, tiene exponentes claros en una economía como la estadounidense, en la que junto a la baja tasa de desempleo se produce una depreciación salarial.

El incremento de las empresas de trabajo temporal, sin acceso a los servicios sociales o las grandes compras de terrenos para proyectos de agricultura industrial en países de bajo nivel de desarrollo bien en África o en la América Latina, con el problema añadido del agua, generan un shock en sus respectivas poblaciones que hasta son perseguidas o hechas desaparecer y no precisamente por noticias que se facilitan como delincuencia local o falsas acusaciones de la guerrilla.

Estamos pendientes de los tuits de Trump, de los actos de Putin, el Brexit, o problemas para la formación de gobierno en Italia, por no hablar de la presencia en el tablero internacional de China con deseos de contar en el juego entre bloques múltiples.

Frente a este panorama que arranca de los años que tan brillantemente explica el profesor Fontana, una potente industria editorial nos traslada que cada vez vivimos en un mundo mejor, en progreso mientras hay un 8% de la población mundial que viven en una extrema pobreza.

Eso lleva a que en la Juventud sea práctica cada vez más frecuente el cambio de «drogas y sexo» por depresión y planeamientos suicidas.

Aquí viene el papel de los grandes relaciones públicas del capitalismo que inducen a confusión rodeados de su fama como cantantes o como indiscutibles emprendedores de fama internacional, como Bill Gates.

Cantantes como Bono, de U2, que actuó en el congreso del partido Popular Europeo de 2014 en Dublín, es un bien ejemplo de ese filantrocapitalismo que no es otra cosa que aplicar a la solidaridad y la caridad los mecanismos empresariales que los han llevado a ser multimillonarios.

Aquí, el papel de Bono en esta actividad como relaciones públicas del poder y como adalid de las campañas de publicidad de estas empresas es ampliamente conocido.

Perro hablaba al principio del epílogo del libro citado del profesor Fontana y de como actúan los relaciones públicas del capitalismo, como Bill Gates y cita el profesor un artículo de Lara Gómez (La Vanguardia, 15.06.2018) en el que menciona el libro que Gates pensaba regalar a todos los universitarios que se graduasen el pasado curso en EE UU.

El célebre y bien admirado Gates, consciente del pesimismo que sienten muchos estudiantes tras poner fin a su etapa académica, visibilizando un futuro gris, no sólo a nivel profesional, sino también a nivel de bienestar les regala -previa suscripción claro está para que control no falte- un libro Factfulness: Diez razones por las que estamos equivocados sobre el mundo y por qué las cosas están mejor de lo que piensas.

El fundador de Microsoft y segunda fortuna mundial, tras el fundador de Amazon, Jeff Bezos, intenta arengar a la juventud estadounidense de que «No hay evidencia de que un sistema alternativo funcione bien», tras elogiar al capitalismo como el mejor sistema para combatir las desigualdades (sic).

Pretende trasladar a la juventud que pueda interiorizar una visión positiva del futuro.

Reconocer el papel motor de Microsoft en el mundo de hoy en día es un hecho irrefutable pero que su fundador desde la década de los 80 del pasado siglo acumule tal cantidad de dinero le expone a ser un paradigma del joven estudiante que piensa que puede emularle. Ahora bien, que se convierta en la cara «amable» del capitalismo es otra cosa y de difícil justificación. Que pague sus impuestos allá donde los genere y que abarate sus productos para que lleguen al gran público y no nos sintamos esclavos de actualizaciones que nos condenan a seguir.

Libro, como el citado del profesor Fontana, así como otros muchos suyos y de otros historiadores, sin ir más lejos, de nuestro país, son fundamentales no únicamente para los estudiantes de economía sino para todos en general que deben alcanzar un nivel cultural mínimo que da la historia, así como las matemáticas o el inglés.