El recurso a la ley fue necesario para regular las conductas y zanjar los conflictos de intereses, para evitar que el más fuerte haga valer su fuerza y reduzca o anule los derechos de los otros hombres. Por eso, nada repugna más a nuestras conciencias que la conducta de quien inventa leyes y reglamentos para que sean aplicadas de conformidad con los intereses del fuerte. Y dicho esto debo corregirme porque sí que hay algo que repugna más: Que esas leyes que generan desvalimiento a menores sean promulgadas por quienes buscan ganar el favor del voto ciudadano y, por tanto, ganar más poder. Si, además, quienes hacen tal uso de la ley se consideran progresistas ya hemos alcanzado el nivel del escarnio de la ley.

Leo sin querer dar crédito a lo que leo que el Sr. alcalde de Paterna «bloquea de facto el centro de menores» y para conseguir tal fin «endurece el plan urbanístico» inventándose una nueva norma. La organización de ese centro de menores en un chalet fue aprobada por nuestro gobierno, el mismísimo TSJ ha calificado la conducta del alcalde como «insolidaria»; pero contra todos un alcalde y sus concejales lanzan una nueva norma y paralizan un posible centro que es necesario para organizar la protección y la educación de menores acogidos por nuestra Generalitat. No estamos hablando de un centro con centenares de menores; estamos hablando de un chalet en el que se ubicarán unos menores y sus tutores. Y de esos menores y sus tutores se nos dice que generarán «alarma social», que su presencia «modificará la convivencia» del resto de convecinos.

¿Nos estamos volviendo locos? ¿Un alcalde y unos concejales del Partido Socialista puede seguir perteneciendo a este partido cuando es tan clara la finalidad de la norma introducida en el plan urbanístico contando con su firma, sello y votos? ¿Nadie ha explicado a este Señor y a su corporación que solo es progresista quien hace que día a día la sociedad gane en moralidad? Sr. Presidente de la Generalitat, ¿no le vale más perder el control del Ayuntamiento de un pueblo que hipotecar con tal práctica el nombre del Partido Socialista? ¿Permitir una lección de insolidaridad como esta no es algo que descalifica al conjunto de los partidos (PSPV, Vox, PP, CS) que han votado a favor de rechazar ese centro de menores? Creo que tan perversa actuación debía ser motivo de disolución de esa corporación por carecer de la dignidad moral que requiere el cargo.

La conducta de un alcalde socialista debiera haber sido otra: interesarse por el proyecto y presentarlo ante su corporación como un reto, favorecer su instalación, urgir el mejor de los proyectos educativos y vigilar tanto la implantación como el desarrollo de ese proyecto para que un día esos niños o jóvenes sean ciudadanos dignos y felices, aunque todos los días lleguen a sus casas fatigados. El Sr. alcalde y sus concejales debieran haber urgido para ese centro la excelencia en su día a día. La corporación debiera ser crítica con el proyecto para que fuera óptimo, no para ahogarlo antes de disfrutar del amanecer. Cuando un partido acepta esta conducta quien se desprestigia es también el partido, pues se ha cometido desde el poder el delito más grave: dictar una norma sabiendo que perjudica al débil y pretendiendo complacer a quienes por mala información creen que van a perder la calidad de vida de la que disfrutan. Tienen el poder, pero no la dignidad sobre la que se debe fundamentar. También debiera revisarse si las nefastas noticias asociadas a estos programas de atención no urgen un elemento evaluador de estos programas y el protagonismo de Educación.