El cáncer de mama es el tumor más frecuente entre las mujeres, pero su mortalidad ha ido disminuyendo año tras año gracias a los avances producidos en el diagnóstico precoz y en los tratamientos, lo que ha permitido que el 90% de las pacientes estén libres de la enfermedad cinco años después del diagnóstico y tratamiento del tumor.

A veces todo empieza con un bulto del que no queremos hacer caso y otras como resultado de un control rutinario que observa una anomalía en el pecho o en la mamografía. Entrar en la rueda del proceso diagnóstico de un cáncer de mama siempre es una situación muy estresante que se afronta con grandes dosis de temor e incertidumbre y aunque la mujer es, por naturaleza, valiente, no deja de tener importantes repercusiones emocionales.

Pero de una cosa puede estar segura la mujer: En este proceso no estará sola. En el camino encontrará a mucha gente dispuesta a ayudarla y que le prestará su apoyo. Un apoyo que procederá, fundamentalmente, de cuatro ámbitos a los que sin duda puede y debe recurrir en cualquier momento.

El primero de ellos es el apoyo médico: Una vez confirmado el diagnostico, los médicos procederán a estudiar todos los detalles de la enfermedad: detalles biomoleculares del tumor, detalles generales de tu salud, incluso detalles sociales que pueden influir en el proceso evolutivo de la enfermedad.

Hacer un buen diagnóstico clínico y molecular es fundamental, ya que con ello podemos distinguir cuatro tipos de cáncer de mama, que tienen distinto pronóstico y distinto tratamiento. Hoy en día, disponemos de un amplio arsenal terapéutico que nos permite tratar alteraciones moleculares de la enfermedad. Saber el nombre y los apellidos de la enfermedad es crucial, ya que son los detalles los que marcan la diferencia. Actualmente, podemos ser más efectivos produciendo menos efectos secundarios, ofreciendo a cada paciente un tratamiento personalizado.

Pero todas las pacientes tienen que saber que tendrán que superar situaciones difíciles, y por tanto hay que ser valiente y luchar, porque, aunque cada día los tratamientos son más eficaces y menos tóxicos, no están exentos de efectos secundarios. Según el caso las pacientes podrán recibir cirugía para extirpar el tumor y reconstruir la mama, radioterapia, quimioterapia, hormonoterapia e inmunoterapia y estos tratamientos a veces no son fáciles de digerir, ya que pueden presentar efectos secundarios importantes que en ocasiones alteran de forma importante la calidad de vida de las pacientes. Pero el objetivo es la supervivencia y de eso la mujer sabe mucho.

El segundo apoyo muy importante es el familiar. Pero, ¡ay!, con mucha frecuencia es la mujer la que apoya a la familia. Entonces€ ¿cómo van a reaccionar? Es bueno que se hable en familia, a cada uno con el lenguaje que pueda entender, pero se ha de hablar con todos ya que la vida familiar va a sufrir cambios. Es mejor que no perciban miedo y sepan qué es lo que va a pasar.

El tercer apoyo es el psicológico. A veces no solo se trata de luchar contra la enfermedad, a veces se trata de «normalizar» la vida o retomarla en donde la dejamos antes del diagnóstico. ¿Por qué no recibir la ayuda de profesionales especialmente formados en estos temas? El apoyo psicológico es fundamental y prácticamente todos los hospitales cuentan en la actualidad con psico-oncólogos, que, en caso de necesitarlos, pueden ayudar a conseguir el objetivo de volver a recuperar la autoestima y a ser feliz, y sobre todo a no vivir con miedos porque cada vez hay más posibilidades de curación.

Por último, están las asociaciones de pacientes, que pueden ayudar a vivir la enfermedad en compañía, prestando apoyo y asesoramiento, transmitiendo al mismo tiempo su experiencia, ya que suelen estar formadas por personas que ya han pasado por lo que la mujer a la que le han diagnosticado un cáncer de mama va a pasar y pueden ayudar a entender mejor la enfermedad y a actuar en consecuencia.

En el Día Mundial del Cáncer de Mama, recordamos que 9 de cada 10 pacientes se pueden curar de un cáncer de mama, que hay que seguir realizando labores de concienciación y de apoyo, porque una mamografía puede salvar la vida de una paciente, y que hacer deporte y evitar la obesidad no solo mejora la salud, sino que puede ayudar a prevenir enfermedades. En un día tan especial como este, las mujeres tienen que saber que no están solas: vamos todos juntos.