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Matías Vallés

Al azar

Matías Vallés

Los padres de los campeones

Se retira uno de los señores que mejor han montado en moto en toda la historia. La primera reflexión atiende al estallido del deporte mallorquín en este siglo, porque sumar a Nadal, Rudy y Jorge Lorenzo desmantela toda proporción demográfica. Aparte de que la tradición establece que nuestro clima, costumbres y vicios cancelan la promoción del talento individual. Así que contemplo la despedida del piloto y la vista se detiene en sus progenitores sentados en primera fila, juntos pero separados. Y aquí empieza en realidad este artículo.

He jugado a baloncesto con Rodolfo Fernández, antes de que naciera su hijo Rudy Fernández y cuando la también internacional Marta Fernández era un bebé. Perfeccionista y exigente son dos calificativos que se le quedaban cortos a mi compañero de equipo. He entrevistado largamente a la Madre Coraje de Jorge Lorenzo, una lección de determinación y de no distraerse en tonterías. He mantenido un correoso enfrentamiento por fortuna solo dialéctico con Chicho Lorenzo, pero el pulso que llamaremos entrevista me mostró a un brutal forjador de campeones. En fin, el padre de Nadal se me plantó con las piernas abiertas en la sala VIP de Son Sant Joan, con el lenguaje gestual de "cómo te atreves a estar aquí", donde "aquí" era Mallorca entera. Y sobre todo, he hablado y discutido con Toni Nadal, padre deportivo de Monsieur Roland Garros y el hombre más inteligente de Mallorca cuando no lo pretende.

Mi conclusión, habrá otras, es que los padres de nuestro triunvirato glorioso han sido también imprescindibles en la gestación mítica de sus vástagos. Les ataron corto, no les perdonaron un error, los sacrificaron literalmente, descuartizaron sus éxitos prematuros para afearles sus puntos débiles. Tendrían problemas con los modernos psicopedagogos y demás hechiceros de lo educativamente correcto, pero es el éxito mundial, amigo.

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