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Gemma Martínez

El apunte

Gemma Martínez

Diciembre, gracias por estar ahí

Diciembre, ya estás casi aquí. Sabes que con mayo eres mi mes favorito del año. Hueles a familia, abrazo de papá, delicias de mamá, confidencias de hermanos, inocencia de niños y amor perruno. Siempre fue así, hasta cuando residí a trillones de kilómetros de València y mi casa era entonces Estados Unidos. Venía a España dos veces al año, nunca en verano (las vacaciones eran para conocer el país de acogida) y siempre en diciembre y primavera. El espíritu festivo venía infiltrado en el avión, porque días antes, el último jueves de noviembre, había sido Acción de Gracias, una de las pocas tradiciones que tan equivocadamente nunca importamos al cien por cien. Ojalá muchos menos Halloween, San Valentín o viernes negros y muchos más días para dar las gracias. Sobre todo cuando nos sobran los motivos. Es de bien nacido olvidarnos del pesimismo romántico y reconocer que somos unos privilegiados. Lo crucial es la vida, ya saben, como tan bien escribió Maggie O'Farrell.

Diciembre, no me queda otra que agarrarme a ti para no rendirme al desasosiego que siento al pensar en las víctimas del atentado que ayer hizo tiritar al puente de Londres, en el corazón de la ciudad. Malditos cuchillos, disparos y falsos chalecos explosivos. Necesito fuerzas, diciembre, para en medio de la sinrazón buscar una grieta que deje asomar el lado que no es oscuro. Puedo hacerlo si ya lo hizo ayer el propio primer ministro británico, el conservador Boris Johnson, aplaudiendo a los viandantes que intervinieron para proteger la vida de otros. «Les doy las gracias en nombre de todos». También su rival político, el laborista alcalde de la ciudad Sadiq Kahn coincidió con él en que los civiles «representan lo mejor que hay entre nosotros». Ya lo predijo el autor británico David Levithan cuando señaló en su libro sobre el 11-S que lo que separa a los hombres del caos es nuestra capacidad para llorar a personas que nunca hemos conocido. Pensaré en ellas

mientras yo me doy un atracón

de familia y de todos los míos. Lo hago a la vez que te doy las gracias, diciembre, por estar ahí, como cada año, mañana.

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