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Agárralo como puedas

José María Sánchez García recogió el acta como diputado por Alicante conseguido esta vez sí, aunque ya figurase en el dos de Vox con vistas a la cita de abril. Desde entonces no ha pisado prácticamente la provincia y lo diferencial de este caso es que por aquí no lo conocen casi ni los correligionarios del partido. El estandarte del pesoe, aún disponiendo de casita en Xàbia, también es cunero pero todo quisque sabe que se trata de alguien que anda por el espacio interestelar a jornada completa y, tiempo atrás, Trillo, conocido era. Demasiado conocido como sabemos.

Sin embargo, el tal Sánchez es un enigma. Al contado número de ocasiones en que se ha dejado ver por estas tierras -tres a lo sumo, por supuesto en campaña y ni siquiera se acercó al recuento- hay que añadir que la formación a la que pertenece irrumpió ocultándose de los focos y ha ido suministrando datos de sus representantes en calibradas dosis. Tanto es así que, como ahora vienen descarándose, en determinados perfiles biográficos los rasgos se superponen. Al menos es lo que está ocurriéndome con un furtivo así.

Veamos si usted tiene más suerte. Que haya trascendido, el parlamentario de nuevo cuño es de Madrid, cuenta con 55 tacos, jurista, fue socio del despacho Baker & McKenzie domiliciado en las Bermudas, ¡ejem!, del británico Olswang y, cara a las primeras generales del año, el Confidencial judicial hizo constar que no comunicó la candidatura al Consejo General, a lo que este habría replicado que se encontraba en excedencia, aunque también se señala que por entonces era letrado del Tribunal de Justicia de la Unión Europea. Hasta recoger el acta, teóricamente estaba de catedrático de derecho en Sevilla y de asesor en la Asamblea madrileña de Rocío Monasterio, por lo que es posible que el último trayecto lo haya pasado en la línea de ave procedente del 92. En fin, José María, decirte que por Alicante todo va fenomenal pero que si un día se torciese algo, y aunque tampoco sé muy bien para qué, ¿dónde se puede dar contigo?

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