Los regantes del Júcar estamos hartos de la de demagogia de algunos políticos oportunistas que aprovechan cualquier noticia sobre la Albufera para pedir agua del Júcar para el lago. Según ellos, todo el problema de la Albufera se limita a que le falta agua. Hay que darle agua, pero no cualquier agua, piden concretamente agua del Júcar, y cuanta más mejor.

La Albufera recibe las aguas del Turia desde el Norte y las del Júcar desde el Sur. Pero a la hora de pedir agua sólo se pide agua del Júcar, a pesar de que el Júcar es un río que arrastra un importante déficit hídrico y, en cambio, el Turia no tiene déficit.

En el último medio siglo, sólo en dos ocasiones, 1994 y 2018, han llegado al lago menos de 210 hectómetros cúbicos. Esta es la cifra fijada por el Plan Hidrológico aprobado en 2016. Esta cifra no sale de ningún estudio técnico, ni científico, es el resultado de la presión de algunos partidos políticos y asociaciones ambientalistas. En el plan de 1998 se fijó la necesidad hídrica de la Albufera en 100 hectómetros cúbicos anuales, en el plan de 2014 se elevó a 167 hectómetros anules y en el plan de 2016 se volvió a elevar hasta los 210 hectómetros cúbicos al año. Pero parece que no es suficiente con esta cantidad, todavía se necesita más y como parece que les da algún rédito electoral, nunca habrá bastante.

Se aprovecha un discurso simplista y que llega fácil a la ciudadanía que es pedir más. Hace unas años ya vivimos un uso electoralista del agua, en aquella ocasión con el «Agua para todos» del PP. El agua debería quedar fuera de todo uso político y electoralista.

Es importante tener conciencia de la magnitud de las cifras que se están pidiendo. Cuando se dice 210 parece una cifra normal, corriente, manejable. Pero se trata de 210 hectómetros cúbicos. Esto son doscientos diez mil millones de litros de agua, 210.000.000.000 litros. Con esta cantidad de agua se renueva completamente el agua del lago aproximadamente una vez al mes.

Si el agua de una piscina puede aguantar varios años y la Albufera no tiene suficiente ni cambiándola todos los meses será que hay algo más que no se dice y que se omite intencionadamente. Efectivamente, existe algo más, existen vertidos contaminantes que llegan al lago y que son los que están provocando que el lago no esté en mejores condiciones. Pero de esto no dicen nada los políticos, se limitan a pedir más agua cuando por mucha agua que se eche, si continúan llegando aguas sin depurar, el agua del lago va a continuar contaminada. El problema ambiental de la Albufera apareció a principios de los años setenta, a pesar de que en aquella época llegaban al lago más de 500 hectómetros cúbicos anuales procedentes de los regadíos tradicionales del Júcar. No es cuestión de más agua, es cuestión de evitar que lleguen aguas contaminadas. Además, el cambio climático está provocando una reducción drástica de los recursos en los ríos por lo que la opción de más agua ni siquiera es viable porque hoy día ya no existen esos recursos.

La responsabilidad de asegurar que las aguas residuales se depuren y no lleguen a los parques naturales corresponde a las administraciones públicas. Hace unos días se celebró una jornada sobre la Albufera en la Universidad Politécnica de València en la que se puso de manifiesto claramente que el problema principal del lago es la entrada de carga contaminante. Se les preguntó a los representantes del Ayuntamiento de València, de la Generalitat Valenciana y de la Confederación Hidrográfica del Júcar, que componían una mesa redonda, cuánto dinero había en los presupuestos de cada administración para resolver el problema de los aportes de aguas contaminadas. Se quedaron mudos los tres. Finalmente, el Concejal del Ayuntamiento de València, Sergi Campillo, tomo la palabra y, tras divagar sobre el sexo de los ángeles, acabo diciendo que la Albufera necesita más agua. Esta es su solución.

No es así señor Campillo, la Albufera necesita que dejen de llegarle aportes contaminantes y para ello las administraciones tienen que invertir el dinero necesario para conseguirlo. Lo que usted pide es aportar agua para diluir la contaminación y eso, además de no ser viable por la falta de recursos, está prohibido en España.