Vivimos en un único planeta cuya dinámica climática no entiende de fronteras y, por tanto, requiere de una respuesta global, pensada para el momento actual de emergencia climática. Esa respuesta tiene que tener diferentes planos a corto, medio y largo plazo, en todos ellos es necesaria la implicación de políticas gubernamentales y de compromisos internacionales. Pero más necesaria es todavía la concienciación ciudadana y su capacidad de movilización y de presión para cambiar de camino. El gobierno de España debería ejercer el liderazgo contra el cambio climático en nuestro país con propuestas políticas, sociales y económicas tanto nacionales como internacionales que permitieran una honrosa contribución acorde con nuestras posibilidades como Estado en la Conferencia de las Partes (COP) órgano de decisión supremo de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre cambio climático en su vigésima quinta reunión que se llevará a cabo entre el 2 y el 13 de diciembre.

Sin embargo a nadie se le escapa que grandes corporaciones, líderes en contaminación, han querido aprovechar la ocasión de COP25 para blanquear su imagen, patrocinando la cumbre como solicitó el Gobierno, impulsando actos o participando en actividades paralelas. Según la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, se han captado entre 10 millones y 12 millones de euros a través del patrocinio de las empresas de la COP25. Acciona, Endesa, Engie e Iberdrola —las cuatro grandes energéticas— participan en el grupo de mayores aportadores de patrocinio, la llamada categoría Diamante. Endesa paga una campaña de publicidad que copa las portadas de los principales diarios el mismo día que comienza la cumbre. Buena parte de los medios de comunicación, hasta ahora indiferentes con el cambio climático, comienzan una libre e insidiosa competencia para ver quien está más o menos sensibilizado con un problema que les ha sido ajeno en muchos años.

Como muchas otras autoridades institucionales, la Consellera de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica de la Generalitat Valenciana, Mireia Mollà, dará a conocer las prioridades, retos y ejes fundamentales por los cuales nuestro territorio está combatiendo los efectos del Cambio Climático e impulsando la política de Transición Ecológica. Pero mucho nos tememos, que quedarán en grandes discursos, en poéticos relatos de compromiso, que día a día, se irán disolviendo como un azucarillo ante los poderosos intereses económicos puestos en juego. Al tiempo.

El sistema de desarrollo que ha impuesto una economía de mercado liberal tiene una gran responsabilidad en ello, el rápido beneficio a costa de la explotación irracional de los recursos naturales y el abuso de tecnologías energéticamente no limpias ponen en peligro la vida de millones de personas, especialmente aquellas más vulnerables y, a pesar de que las autoridades de los países han identificado que los efectos del cambio climático ya causan un impacto muy negativo sobre la salud de sus habitantes, no se destinan recursos al sistema sanitario para prepararlo mejor, denuncia María Neira, directora de Medio Ambiente, Cambio Climático y Salud de la Organización Mundial de la Salud, durante la presentación del informe 'Salud y cambio climático'.

Coherentemente desde nuestra entidad hacemos un llamamiento a participar en las movilizaciones que ha preparado la Cumbre Social por el Clima, que debería servir también para denunciar la represión que se está produciendo en Chile mientras sus líderes gubernamentales sonríen a las cámaras de televisión, porque sin presión de la ciudadanía se enredará, una vez más, en declaraciones y más declaraciones que en el fondo indican una inacción cubierta por la retórica. En consecuencia no podemos estar más de acuerdo con Adrián Martínez, Presidente de la ONG La Ruta del Clima, quien aboga por la participación ciudadana en la gobernanza del clima.

La movilización y propuestas ciudadanas no deben confundirse con el fenómeno mediático de Greta Thunberg, quien, sin duda, arrastra a mucha juventud en la sensibilización del problema. Es un personaje controvertido porque estamos en una época de hiperliderazgos, pero la lucha contra el clima no se descubre ahora, manifiesta Encarnación Pizarro, observadora de CC.OO. en la COP. El papel corresponde a las organizaciones que llevan luchando muchos años contra una lacra que ahora sí está en el centro de las agendas.