La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2019 que ha celebrado en Madrid no sólo va a ser un foro privilegiado para plantearse uno de los retos más importantes a los que nos enfrentamos como planeta y como humanidad como es el del cambio climático, sino que además va a servir también como verdadera piedra de toque para verificar hasta qué punto los gobiernos y las sociedades han tomado conciencia de ello y están dispuestos a tomar medidas concretas a partir de ahora. La posición sobre el proyecto de la ampliación del puerto de València puede ser una oportunidad aquí y ahora para demostrar si se está dispuesto a comprometerse seriamente por el medioambiente, o si nos quedaremos en pomposas declaraciones de intenciones en los foros internacionales.

La ampliación del puerto es un peligro para el mundo del trabajo

Las obras previstas de ampliación del Puerto de València consisten, concretamente, en la creación de un recinto para muelles e instalaciones portuarias que permita albergar una mayor cantidad de contenedores. El proyecto no sólo no está anclado en la economía regional, sino que además no tiene relación directa con el desarrollo de la industria, ni con la activación de la economía local, ni con la generación de empleo directo. Tengamos en cuenta que las operaciones de carga y descarga están prácticamente automatizadas, y no es previsible que ni siquiera de la gestión de “mover contenedores” se vaya a generar empleo de manera significativa. Sumado a la variabilidad de la economía portuaria y el transporte marítimo, señalado por el propio tribunal de cuentas europeo (Ver Informe especial nº23 del TCE de 2016), se nos abren serias dudas sobre tomar decisiones que responden a intereses coyunturales de algunas multinacionales.

Desde el punto de vista del mundo del trabajo y de la economía de las personas, los costes directos de la ampliación del puerto sumados a los costes originados por la polución del aire y acústica, y los daños causados al turismo entre otros, exceden, en mucho, los más que dudosos potenciales beneficios. Hay que atender al interés general y no someternos al corto plazo de intereses económicos privados

La ampliación del puerto es un peligro para la ciudadanía

Sin duda, el gran olvidado aquí es el vecindario de los barrios de los Poblados Marítimos que hemos visto cómo se realizaban delante de nuestras narices eventos que, como dijo Rita Barberá al despedirse como alcaldesa “ponían a València en el mapa” mientras soportábamos realmente décadas de abandono social y urbanístico.

Los argumentos utilizados ahora para tratar de justificar la ampliación del puerto, como los del crecimiento económico, el progreso, la necesidad y la urgencia, son bastante parecidos a los que se utilizaron entonces para el campeonato de regatas de la America’s Cup, el circuito de carreras de F1 o la construcción de la Marina real. Ahora quieren convertir el puerto en un gran contenedor sin importarles nuestras playas y de espaldas a los barrios periféricos, unos barrios con evidentes necesidades sociales, culturales y económicas. Que se busquen otras excusas, que en los barrios esas ya nos las sabemos!!.

Las asociaciones vecinales de la zona, junto con las ecologistas, venimos advirtiendo de los peligros del proyecto desde hace tiempo. Exigimos abrir un debate democrático sobre un proyecto que, de llevarse adelante, impactará negativamente en el conjunto área metropolitana de Valencia desde el punto de vista social, medioambiental y ciudadano.

La ampliación del puerto es un peligro para el medio ambiente

Las obras proyectadas suponen unos impactos muy negativos sobre el aire, el mar y las playas del litoral de Valencia. En particular los fondos marinos y el Parque Natural de la Albufera podrían ser afectados. Contra toda lógica social y económica, y en sentido contrario a la emergencia climática declarada por la Generalitat Valenciana en septiembre de 2019, coincidiendo además con la cumbre mundial sobre el clima COP 25 en Madrid, el consejo de administración de la Autoridad Portuaria de Valencia ha iniciado los trámites para la ampliación norte del puerto con el voto en contra del propio alcalde de la ciudad Joan Ribó.

Es sabido que el proyecto de ampliación del puerto está ligado a las obras del pretendido acceso norte a la ciudad de València, que, según los proyectos que se barajan, podría ser por carretera, subterráneo o de trazado submarino para una conexión de mercancías mar-tierra optima. Por lo que las obras del puerto podrían ser además la antesala de nuevas agresiones al medioambiente, esta vez vía destrucción de la huerta, a añadir al aumento de la contaminación atmosférica fruto del incremento del tráfico de camiones con contenedores.

Tal vez ya ha llegado el momento de escuchar a la generación que se manifiesta en las calles, porque el futuro de este planeta será para ellos y ellas.