Recientemente se llevó a cabo la rueda de prensa ofrecida por la concejala Elisa Valía, acompañada por el alcalde Joan Ribó, para presentación de los resultados de la quinta convocatoria del DecidimVLC (2019-2020). Como expliqué al coordinador, mi presencia en el evento estaba motivada por la preparación de un artículo para Levante-EMV, del que me honra ser colaborador desde 1991 por generosidad de sus directores; y no era como presidente de la Asociación Vecinal Albors (AVA), calidad que me honra desde la creación de la entidad, en marzo de 2018, por voluntad de sus socias/os.

Aún no tenía el título para el artículo en rumia con el espíritu reflexivo y propositivo con el que he escrito los más de 200 publicados (y otros tantos sin), pero sabía bien que sería crítico con la exótica inclusión del gobierno municipal como proponente, con similar rango que las personas -ni siquiera las AA VV o los colectivos ciudadanos que habían participado en anteriores ediciones-; pero nunca pensé que pudiese tener el inevitable tono imperativo del presente, que se sustenta en los siguientes hechos y razones:

1.- El haber incluido al Ayuntamiento como proponente ha sido un grave error del proceso participativo que nos ocupa, señalado por la Federación de AA VV de València y otras plataformas y colectivos ciudadanos desde la convocatoria y que desanimó a vecinas/os que habían participado en anteriores ediciones. Competencia desleal o flagrante burla, son algunos de los calificativos que se han escuchado en reuniones y corrillos vecinales. Y son de las más suaves.

2.- Pero los calificativos se han convertido en caracterizaciones cuando, horas después de la rueda de prensa, se destapa lo que la concejala, amparada por el alcalde, había ocultado a las/os periodistas: Que las 25 propuestas municipales (de las que 5 salieron entre las 21 aprobadas en la votación ciudadana) habían sido producto, no de un análisis serio y compartido sobre la pertinencia o importancia de las mismas; sino de un miserable enjuague politiquero, en virtud del cual, al Partido Popular le habían correspondido 6, entre ellas la que obtuvo la más alta votación (6.323 votos), algo que extraña a las personas interesadas en la participación ciudadana, el medio ambiente y el reciclaje de residuos sólidos, a quienes nos había parecido una auténtica chorrada: El proyecto piloto de unas costosas máquinas reverse vending (RSS) con el lema de recicla i guanya diners, que en español/castellano significa una lucrativa oportunidad de negocio para una empresa (local o multinacional) engañando a la gente con una exigua rentabilidad (recompensa) individual por un supuesto aporte a la sostenibilidad ambiental y al freno del cambio climático…

3.- La participación gubernamental y consiguiente repartición partidista, junto al negocio votado por gente que, en buena parte, ha seguido una estudiada y eficaz estrategia del PP -explicación posible ante el desencanto ciudadano con el proceso y la euforia de María José Catalá, candidata a la alcaldía, ante los resultados-, permiten señalar que la quinta convocatoria de los DecidimVLC ha desvirtuado absolutamente el espíritu con el que fue concebido el programa por Jordi Peris (concejal de Participación entra 2015 y 2017); exigir que la responsable política del lamentable enjuague renuncie ¿quién entonces?; y proponer que el individualista y neoliberal proyecto de máquinas RSS se recicle destinando los 160.000 euros de su coste a un amplio y sostenido programa de educación ciudadana sobre el reciclaje sin otra recompensa que el bien común y el bienestar colectivo.

En esta idea, con apoyo de la AVA y desde el pasado mes de octubre, viene trabajado un animado grupo de vecinas/os del barrio Albors coordinado por Pau Biot. El proyecto tiene un exitoso antecedente en el programa Fes teu un escocell (con activa participación de autoridades y vecindario) y se denomina Brigadas Vecinales Ecológicas (BRIVES): Grupos de voluntarias/os que se reparten determinados tiempos de estancia en las baterías-islas de contenedores, armados con bolsas reciclables (aportadas por el Ayuntamiento) para entregar a las/os vecinas/os al tiempo que les explican, con formación previa y exquisita cortesía, el correcto uso de los contenedores amarillos, azules, grises, marrones y verdes. Las BRIVES pueden ser, alcalde, más bellas, útiles, rentables y sostenibles que las RSS.