“La diferencia de presión había hecho crecer su traje” y el recién fallecido cosmonauta Alekséi Leónov “No podía entrar por la puerta” tras el primer paseo espacial. “Quince horas aproximadamente” viene a ser el tiempo de autonomía de los trajes espaciales comentaba Bartolomé Luque Serrano, premio de Física Real Sociedad Española de Física, en el Aula Magna de La Nau, donde desplegó una destreza comunicativa poco generalizada dada la actual insipidez bullanguera.

Ciencia y ciencia ficción de los trajes espaciales se titulaba la charla de Luque que transcurrió envuelta en molestos vapores desinfectantes.

“¡A ver qué van a hacer!” exclamaron en la NASA (Administración Nacional de la Aeronáutica y el Espacio), mientras que el colectivo de ingeniería no dudó en “Manifestar un cierto desprecio hacia las costureras”. “Hacía falta presurizar el traje y lo hacían las costureras” de la firma International Látex Corporation Dover “Playtex”, fabricante de sujetadores y fajas, optante a la confección de la indumentaria para la misión espacial Apolo 11.

¿En qué punto se encuentra la especialidad de vestuario aeroespacial en los programas estudiantiles españoles de diseño o ingenierías?

¿Un ministro astronauta en el Gobierno potenciará tal especialidad?

“El problema (de los guantes) no ha acabado de solucionarse, tienen muchísima ciencia en su interior, básicamente la mano es uno de los problemas”, ya que “Doblar un globo cilíndrico cuesta un montón”. Actualmente ya se pueden mover los dedos.

“Lo de los saltitos de los astronautas era porque los trajes eran muy duros”. Cuando el colectivo de costureras contempló el alunizaje sabían que “Podían romperse” en cualquier momento. Ahora ya existe un modelo que evita esos “saltos de conejo”.

“El traje espacial tiene una fuerza icónica bestial es un símbolo de verdad”, también la huella sobre las cortantes esquirlas del suelo lunar. Los MTV Video Music Awards tienen al Moonman (hombre con traje espacial) como estatuilla. El teniente Yuri Gagarin, primer ser humano lanzado al espacio, se convirtió en ídolo. Gagarin orbitó ataviado con un holgado mono overol de color naranja y el correspondiente casco blanco.

¿Se instalarán en el espacio machismos y cultura heteropatriarcal?

Valentina Tereskova, rusa, fue la primera navegante cósmica, vestía un traje intravehicular naranja. Posteriormente más de medio centenar de mujeres estadounidenses han viajado a la bóveda celeste: Sally Ride, fue la primera mujer estadounidense en orbitar. Jessica Meir participante de la primera caminata espacial de mujeres con Christina Koch, record de permanencia de una mujer en el espacio. Peggy Whiston, “AstroPeggy”, primera mujer comandante de la Estación Espacial Internacional, su traje extravehicular fue un sofisticado diseño ruso; Karen Nyberg, cinco meses navegando por el espacio, “Te sientes más cerca de todos (todas). Ojalá todos (todas) pudieran experimentar eso” (cnnespanol.cnn.com, 22/11/2013). Anne McClain, “Acusan a la astronauta Anne McClain de cometer el primer delito desde el espacio”, (computerhoy.com, 25/08/2019). Mae Jemison, primera mujer afroamericana en misión espacial.

¿Hay posibilidad de formación para mujeres astronautas en España?

Once trajes conforman el inventario NASA y sólo cuatro componen el ropero de la ISS (Estación Espacial Internacional). Dado el millonario coste de cada prenda astral, hasta el “sastre de la NASA”, el ingeniero espacial argentino Juan Pablo de León, considera improbable aumentar la pasarela sideral. Para la exploración lunar, en dos mil veinticuatro, se contará con trajes que gracias a una pieza se adaptaran a las astronautas.

“Estoy aquí arriba y no veo a Dios” dijo Gagarin.

Gagarin “Fue el primero en vomitar en el espacio”. “Lo del traje es un problema, si tienes un vómito lo lanzas a la visera; mirar hacia abajo es el único truco”. Vomitar es un síntoma del llamado síndrome de adaptación espacial (SAE); el senador Jake Garn “Tuvo el síndrome” en grado extremo cuando voló al espacio. Excrementos y vómitos de Frank Borman flotaron por la cápsula del Apolo 8.

Comenta Luque que cuando los trajes espaciales inauguraron su protagonismo en el cine, “Simplemente era un forro de plástico”. En la película Viaje a la luna del cineasta francés George Mèliés “El tema de los trajes no se tenía muy en cuenta”.

¿Dominaran las mismas estirpes humanas el espacio?

China, Rusia y Estados Unidos se encuentran en plena carrera astral. ¡A por Marte dentro de diez años! ¿Seguirán Jeff Bezos (Blue Origin, Amazon) y Elon Musk (Space X) como proveedores de alimentos y otras cosas de uso en las naves, o alguien más tendrá su porción del pastel?

“Todos eran exactamente iguales (un grupo Bokanovsky evidentemente) y todos vestían de color caqui, porque pertenecían a la casta Delta. Y los Epsilones todavía son peores Son demasiados tontos para poder leer o escribir. Además, visten de negro, que es un color asqueroso. Me alegro mucho de ser un Beta”, (Un mundo feliz, Aldous Huxley).

¿Llenaremos de residuos la galaxia como lo hemos hecho en el planeta azul? ¿Excrementos desintegrados y orina convertida en agua potable podrían ser soluciones en la Tierra tal como lo son en los inodoros espaciales?

Julio Verne: “Un tipo que estaba muy bien informado” en su novela De la Tierra a la Luna, “No trata el tema de los trajes”

¿Cuándo se dejará de experimentar con otras especies?

Nishka y Shaika, perritas rusas, murieron abrasadas al ser lanzadas al espacio. Medio centenar de canes sufrieron y muchos fallecieron en las pruebas de la CCPP (Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas). Roedores y plantas han sido utilizados en la conquista espacial. Estados Unidos se especializó en chimpancés, fue el denominado número sesenta y cinco el que “tuvo suerte de sobrevivir”, y al aterrizar le llamaron Ham. En el cuento del artista y ensayista Joan Fontcuberta titulado Laika, el autor retrata trajes espaciales para tripulantes caninos. Layka fue el primer ser vivo lanzado al espacio, se asfixió y quemó. De ella el científico Oleg Gazerko dijo: “No hemos aprendido nada desde aquella misión para justificar la muerte del perro”

“Nadie sabía cómo hacer un traje espacial” y contrataron al ingeniero aeronáutico Joe Kosmo. Emilio Herrera Linares militar granadino y presidente de la República española en el exilio, diseñó un prototipo pionero. “Lo que él propuso era superavanzado, si lo comparamos con un traje actual se parece un montonazo”, dijo Luque. Su escafandra estratonaútica de seda vulcanizada no llegó a probarse, pero la NASA tuvo constancia del traje; ahora, en Wikipedia, “Lo que aparecen son dos americanos”.

¿Qué pasó en España después de Herrera? Como escribe Fernando Arrabal en Carta a Franco: “Toda teoría filosófica, política, literaria o científica, que no cuadraba con el dogma oficial, era condenada en cuatro letras. La enseñanza tenía una doble misión: no informarnos, condenar”. Durante más de medio siglo la ciencia aeroespacial en España fue un chiste recogido en películas de la traza de El astronauta, interpretada por Tony Leblanc. “No tiene desperdicio”. Fiel ejemplo de cuchufleta al avance ajeno disfrazando así el atraso propio.

2001: una odisea del espacio, “Tremendamente realista, marcó un precedente y generó un montón de vocaciones”; sus trajes extravehiculares eran de color rojo, amarillo y azul, y no del color blanco antiradiación cósmica. “Se puso de moda ir a ver la película colocado. El escritor Michael Herr, recuerda haber visto la película en un cine que “apestaba a humo de porro; en parte el mío”, escribe John Baxter en la Biografía de Stanley Kubrick.

“Cagadas espaciales” han sido sonadas. “Cayeron en un bosque rodeados de lobos” y allí, en Siberia, permanecieron esperando el rescate los astronautas tras el primer paseo espacial.

Dune. Gattaca: “Van con traje de Emidio Tucci y sin problema”. Desafío total: “El aire está controlado por los que manejan el cotarro”. Apolo 13. Gravity: “Científicamente es una basura, utilizan hasta un extintor. ¿Cómo mean y cagan los astronautas? La astronauta no lleva pañales lleva unas braguitas preciosas”. Toy Story con su personaje Buzz Lightyear demuestra que: “Ha salido antes el traje de la ciencia ficción que en la NASA”

Yves Saint Laurent, diseñador de moda y empresario francés, sentenció: “La gente ya no quiere ser elegante, quiere seducir”, ¡también en el espacio!