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Portavoza, ministra y feminista

«Cuando Irene Montero habla, la RAE llora». Así resumen algunos la última reivindicación lingüístico-feminista de Irene Montero, actual Ministra de Igualdad. Ella, la creadora de «portavoces y portavozas», ahora se queda solo con «Ministras» a la hora de referirse al Consejo de Ministros en la toma de posesión de su cargo.

La Real Academia de la Lengua (RAE) niega que sean correctas gramaticalmente ambas expresiones. Pero la ministra de Igualdad no parece estar preocupada por las reglas del lenguaje y sí por introducir en la sociedad -aunque sea a costa de recibir críticas- todas las ideas que guarda en el interior de su recién estrenada cartera.

Irene Montero -»psicóloga, madre y feminista», como ella misma se define- y Yolanda Díaz, ministra de Trabajo utilizaron «Consejo de Ministras» para referirse a la totalidad del equipo, formado por hombres y mujeres. No es «gramaticalmente aceptable», dice la RAE. Sería correcto si sólo estuviese formado por féminas, pero en el momento que hay varones, no vale. Y se abre el debate. Unos lo califican de «circo» o de «idiotez» porque en el castellano existe «el género neutro, unas veces asociado al masculino y otras al femenino».

Otros creen que Montero, al decir ministras y no ministros «hace lo mismo contra lo que lucha». Hay quien lanza un «olé por ella» y la ovacionan con una retahíla de emoticonos de aplausos. La flamante Ministra de Igualdad no ha respondido al aluvión de opiniones y críticas de todos los colores. En su mente seguro que resuena esa conocida frase cervantina que dice «Ladran, Sancho, señal de que cabalgamos».

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