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Premios

Un auténtico temporal de premios músico-cinematográficos nos ha sacudido en los últimos días, con TVE de embajadora, emitiendo las galas de los José María Forqué y Goya, reconocidos, y los novatos Odeón. Por la roja alfombra de las vanidades, vestiditos y postureo han desfilado cientos de famosos, famositos e ignoradas gentes solo conocidas en sus casas a la hora de pedir. Es increíble la enorme cantidad de actores, actrices y cantantes existente, que casi supera en número al mismo público que buscan. No hay trabajo para todos.

Los premios Forqué, entregados en el Palacio Municipal de Congresos de Madrid, resonaron con gentes importantes del cine español, homenaje merecido al veterano director Gonzalo Suárez y premio gordo para La trinchera infinita, no apta para claustrofóbicos porque Antonio de la Torre pasa treinta años en un escondrijo casero tras la guerra civil. La presentación de la pareja Elena Sánchez-Santiago Segura, segura y eficiente.

Mejor, sin duda, que la pareja Silvia Abril-Andreu Buenafuente que mostraron sus nalgas en los Goya malagueños, donde no hubo sorpresa, y la quiniela se hubiera pagado muy mal porque se cumplieron los pronósticos generales ganándolo casi todo Dolor y gloria. A destacar que en esta ocasión, cuando Ángela Molina y Penélope Cruz presentaron el Goya al mejor director, Pedro Almodóvar, la señora de Bardem no gritó ¡Pedroooo! ni dio saltito alguno. Las cuevas de Paterna son muy cinematográficas, vaya.

El Teatro Real de Madrid pasó de La flauta mágica de Mozart a las músicas más opuestas con la gala Odeón, donde ejerció de maestro de ceremonias el humorista Quequé de manera desastrosa. Lo mejor, el Premio de Honor a José Luis Perales, por toda su brillante trayectoria, que a sus 75 años recalará en València el 3 de julio próximo dentro de su gira «Baladas para una despedida». Hasta la propia TVE ha reconocido el desastre ofrecido, ya que incluso falló el sonido ¡en un gala de músicos!

La actuación de Sergio Dalma el pasado sábado en el Palau de les Arts fue todo un premio de 30 años en la música, con el graderío rebosante de fieles seguidores de éste cantante catalán llamado Josep Sergi Capdevila, a quien aclamaron constantemente y no protestaron del retraso de 25 minutos en el comienzo del vistoso show ni del volumen exagerado del sonido. A sus 55 años, Sergio se muestra más rítmico que melódico con su rota y personal voz, potenciada por el micro. Habló mucho al público, pero como buen catalán, no aludió la victoria del Valencia sobre el Barça ocurrida cuatro horas antes en Mestalla. Y cantó «Gloria» de Umberto Tozzi, que tras el temporal no resultó muy oportuno.

Premio inesperado y no agradecido para Julio Iglesias, que ha sido abuelo por quinta vez por obra y gracia de Javier Sánchez Santos, ese hijo suyo valenciano confirmado por la Audiencia Provincial de València, cuya pareja sentimental, la italiana Chiara Allegrini, dio a luz la pasada semana a Angélica, la primera hija de ambos. Y premio especial para otro cantante valenciano, Juan Ramón, cuya hija menor, Irene González Soriano, es la nueva fallera mayor infantil de la falla Nova d'Orriols. Sus padres, Juanra e Irene, igual engordan de tanto gozo.

Como estaba previsto, los gritos desaforados tuvieron premio en «Tu cara me suena», y la chillona Cristina Ramos se alzó con el triunfo gritando a Donna Summers. A destacar la imitación que de una Sole Giménez joven hizo Nerea Rodríguez y el John Travolta de Mario Vaquerizo o el Chayanne de Jorge González, Ángel Llácer, sin comentarios.

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