El invierno nos trae una nueva borrasca. Lluvia, nieve, viento, frío y los datos del CIS del renombrado Tezanos. Con el elefantiásico gobierno neomarxista en marcha, la devastadora maquinaria propagandística de la izquierda ha puesto todo su empeño en preparar el marco adecuado para el nuevo relato. No hace falta entrar en detalles. Los ejemplos desde el primer Consejo de Ministros son reveladores y el horizonte no puede ser más preocupante.

Pero centrándonos en lo que nos interesa por estos lares. Los datos del CIS territorializados siguen advirtiendo que las luces rojas lejos de apagarse, buscan romper la frágil resistencia del filamento haciendo estallar la bombilla. Con el frío invernal nos han llegado estos fríos datos, que con la debida cautela (Tezanos continua con su manipulación sistemática a beneficio de inventario) no podemos obviar. La tendencia que sigue marcando en esta tierra no deja de ser preocupante. El PSOE seguiría siendo la fuerza más votada en la Comunitat Valenciana, con un 31'4 % de los votos (3'6 puntos más que en las elecciones generales del 10 de noviembre) y doblaría en porcentaje de votos al PP, que repetiría como segunda pero obtendría el 15'1 % (8'1 puntos menos que el 10N).

Muchos venimos advirtiendo desde hace ya varios meses, nada más asumir los resultados electorales de primavera en los que perdimos el 50% de nuestra potencia electoral, que era necesario realizar una catarsis interna para rearmar un proyecto que, por errores propios, se ha ido distanciando de nuestro propio electorado. A la vista están los resultados. Seguimos en este impasse en el que la izquierda sigue marcando la hoja de ruta, forzándonos a ir a rebufo sin capacidad para marcar la Agenda.

El desgaste interno es brutal y no podemos seguir marcando estrategias desde la metrópoli capitalina, de espaldas a esa otra realidad de una provincia desarbolada orgánicamente. Cada día que perdemos manteniendo este statu-quo desde el inmovilismo orgánico, es un balón de oxígeno para el PSPV. Ximo Puig sigue en su bastión de la calle Caballeros, ejerciendo el efecto de un agujero negro que absorbe toda la energía de propios y extraños, para hacerse más fuerte. De ahí la imperiosa necesidad de reforzar nuestra estructura para dar mayor cobertura a nuestros representantes en las Instituciones, que a duras penas pueden hacer mella en el efectivo escudo del Botànic.

Tezanos es todo un crack, no lo vamos a descubrir ahora. Pero el peligro está en la tendencia que subyace dentro de los datos. Otro aviso a navegantes. No podemos permanecer refugiados en puertos seguros sin capacidad, voluntad y coraje para alzarse a la mar y afrontar una borrasca que podemos capear con solvencia, si todos trabajamos como uno solo, remando en la misma dirección. La historia y el trabajo de todos aquellos que aportaron lo mejor de sí mismos para conseguir transformar esta tierra, con el Partido Popular como instrumento necesario, se merecen que levemos anclas y nos hagamos a la mar. Hay que salir de la zona de confort para devolver la confianza a los nuestros y demostrar que este Partido esta forjado en los principios y valores que València, la Comunitat y España necesita. Reformismo y patriotismo constitucional con un marcado espíritu liberal y humanista. Desde un regionalismo inclusivo que ponga en valor la importancia de ese ADN valenciano, tan necesario ahora que se cuestiona esa historia común a la que tanto aportamos.

Son momentos para los valientes. La paralización de nuestros instrumentos orgánicos no puede ser una rémora. Es la hora del compromiso y de la responsabilidad, para no repetir errores del pasado, por cierto inducidos, que pagaron nuestros afiliados sin tener ninguna culpa. Es la hora de sumar, sumar los distintos, para ser más fuertes. Solo así, renovando nuestra estructura provincial, podremos rearmar nuestro proyecto municipio a municipio para invertir la tendencia y demostrar a la ciudadanía que este Partido sigue dispuesto a ser su mejor garantía para frenar la deriva botánica que nos afecta.