El gobierno de Pedro Sánchez cuenta con cuatro supuestos ministros valencianos, casi un veinte por cien de su equipo. El mismo número que en su anterior mandato, por lo que en apenas dos años Sánchez ha nombrado a la mitad de los valencianos que han ostentado cartera ministerial en democracia. Ahora bien, digo supuestos valencianos porque se pone en entredicho la valencianía del ministro Pedro Duque al igual que en su día también fueron cuneros los populares José María Margallo y Federico Trillo. En la historia de los gobiernos del PP tan solo se nombró a dos ministros de aquí.Esos cuatro o tres ministros, según se quiera ver, representan una esperanza para la Comunidad, tal y como han expresado Ximo Puig y otros líderes del Botànic ll, ya que pueden hacer olvidar la histórica carencia de influencia valenciana en la política nacional.

Echando la vista atrás vemos de qué poco sirvió la presencia de Unión Valenciana desde mediados de los ochenta a los noventa en el Congreso. Las mayorías absolutas y pactos dejaron siempre en dique seco al partido de González Lizondo. En esta década, Joan Baldoví, de Compromís, se ha querido erigir en voz de los intereses valencianos, pero su presencia ha sido poco más que testimonial.Sin embargo con cuatro ministros hay esperanzas. Las hubo en los fallidos presupuestos del 2019 cuando la Comunidad dejó de estar a la cola en inversiones. Esas cuentas preveían un gasto por valenciano de 239 euros, 120 más que en el 2017, y aunque nos seguían colocando por debajo de la media abandonábamos la cola. Hay deuda para con esta tierra: el corredor mediterráneo, el tren de la costa, trato igualitario en inversiones en aeropuertos, puertos y transporte urbano, mejoras urgentes en cercanías, protección a nuestros cítricos, cava y nuestra huerta en general, el cuidado de nuestras señas de identidad en las mismas condiciones que otras regiones, la promoción a través de eventos internacionales… Más de dos mil cien millones es la cifra que las asociaciones de profesionales de ingeniería valoran como necesarias en infraestructuras este año en la Comunidad.

Los ministros serán juzgados, si se completa la legislatura, en cuatro años. Pedro Duque podrá ser excusado aludiendo que solo es valenciano consorte por estar casado con alicantina y veranear en nuestras playas. Luis Planas podrá aludir que es nacido aquí pero de corazón andaluz. José Manuel Rodríguez Uribes, que hace mucho que cambió la paella por el cocido. José Luis Ábalos es el único al que no se le podrá buscar excusa alguna.