Como ya sabemos, el COVID-19 ha sido declarado recientemente pandemia por la Organización Mundial de la Salud. Los casos ya suman aproximadamente 216.000 infectados en más de 168 países. Esta situación nos viene grande a todos, con más de 8.200 personas fallecidas en todo el mundo.

Ante estos momentos de crisis y de más de una nación sumergida en el bloqueo, el planeta parece tomarse un 'break'. Encontramos efectos secundarios positivos para el medio ambiente y para la salud.

China, el foco inicial de toda la crisis del COVID-19 y el mayor emisor de carbono del planeta, ha reducido un 25 % las emisiones de CO2. También Italia desde hace unas semanas según la Agencia Espacial Europea, cuyas imágenes de satélite (Copernicus Sentinel-5P) evidencian además una menor concentración de dióxido de nitrógeno, sobre todo en el valle del Po.

La propagación del virus ha provocado una caída en las emisiones mundiales de los gases de efecto invernadero. Todo ello es la consecuencia del 'bloqueo' temporal de las actividades industriales, el descenso de la demanda del petróleo y la disminución de los viajes aéreos.

La situación actual afecta directamente a que las personas pasan más tiempo en sus hogares. Esto se refleja en que el consumo de energía va en aumento, aunque todo depende en gran medida de las condiciones climáticas, la geografía y los diferentes estilos de vida familiar.

Por lo general, 'caldear' tu casa, el uso intensivo del televisor, del ordenador con el 'teletrabajo' y las compras en línea, los electrodomésticos o el hecho de tener siempre alguna lámpara encendida, provoca un mayor consumo de energía. Según los expertos de la Universidad de Columbia (EEUU), esto podría compensar el descenso de emisiones del tráfico rodado.

En definitiva, no hay nada que celebrar con la propagación de este virus. Sí, las emisiones de gases de efecto invernadero parecen reducirse pero luego previsiblemente habrá un notable repunte, aumentarán de forma drástica. Todo esto si no se realiza un cambio en la visión de las personas después del COVID-19.