La iniciativa Economistas Frente a la Crisis apareció en la estela del famoso Manifiesto de Economistas Aterrados lanzado en Francia en 2010 ante la preocupación con el diagnóstico y los principios bajo los que la crisis fue gestionada. Existía entre ellos el convencimiento de que no podíamos seguir tolerando comportamientos individuales dañinos con el bienestar y la responsabilidad social. Que debíamos cambiar algunas de las ideas hegemónicas hasta entonces en la política económica global. Efectivamente, los que habían construido sus economías personales en torno a una arquitectura moral que normalizaba la irresponsabilidad colectiva la seguían construyendo así porque el propio sistema lo permitía.

Durante esta última década muchos deportistas millonarios han visto cómo salían a la luz sus entramados societarios bajo la única premisa de evadir impuestos, el arma fundamental de un Estado para cuidar a su población. Algunos han tenido que pactar con el fisco o han sido condenados. Muchas veces son los mismos que tienen proyectos de carácter social, publicitan donaciones para paliar desastres naturales o financian obras sociales en sus países de origen. Que paguen sus impuestos hasta el último céntimo, con ONG a su nombre o sin ella, no parece tener valor añadido.

Hasta que ha llegado una nueva crisis. Una muy especial porque es debida a una epidemia que cuesta directamente vidas. Que afecta a cada uno de nosotros en nuestro comportamiento rutinario. Porque la irresponsabilidad individual mata personas y colapsa los sistemas de salud públicos. ¿Acaso el egoísmo no lo hace siempre en nuestros sistemas de bienestar y protección social? Que esta crisis requiera del esfuerzo coordinado del Estado movilizando recursos públicos pero también de la sociedad movilizando nuevas actitudes personales es también un golpe de efecto para demostrar que la ética personal es un motor positivo de cambio colectivo.

En China deportistas famosos hicieron donaciones y trasladaron mensajes a la población en su confinamiento. Se tenía en cuenta la influencia de estas figuras como ejemplo para los demás. En Italia, Francesco Totti, eterno capitán de la Roma y rostro oficial de Dash, ha sido criticado por hacer junto a la marca de detergentes una campaña de petición de donaciones. Y ha sido porque al mismo tiempo Bernardeschi, jugador de la Juventus, se limitaba a comprar de su dinero respiradores de UCI para un hospital de Turín, o Insigne en Nápoles donaba 100.000€ para suministros sanitarios. Quizás para despejar dudas sobre las buenas intenciones y aunar esfuerzos, los 23 integrantes de la selección azzurra campeona del mundo en 2006 prepararon, sin marca de por medio, una campaña a favor de la Cruz Roja donde ellos fueron los primeros donantes.

En el Valencia cinco integrantes de su plantilla han dado positivo de coronavirus. Antes de jugar a puerta cerrada contra la Atalanta de Bérgamo su capitán Dani Parejo hizo unas declaraciones muy aplaudidas preocupado por la epidemia y criticando las medidas contradictorias tomadas por las autoridades justo antes de la suspensión de las Fallas. Quizás estoy fantaseando al ver en esta alerta que hasta los que menos necesitan al Estado empiecen a darle importancia a su papel en la vida de todos. Y que pueda cambiar la mentalidad de muchos. También en el valor de los impuestos para redistribuir en forma de servicios públicos. No fantaseaba Vicente del Bosque cuando defendió en una entrevista que "los que hayan ganado lo suficiente, paguen lo que les corresponde, por justicia social" señalando a aquellos millonarios que critican y cotizan en el extranjero. Economistas Frente a la crisis se preocupó por la falta de cambios en este capitalismo, injusto por naturaleza y no al servicio del bien común, donde algunos privilegiados se creen al margen. Esta crisis es a la vez tan personal y tan colectiva que nos podría traer ciudadanos con sentido de pertenencia a la sociedad en la que viven. No solo en la alarma sino también para el sostenimiento del estado de bienestar. Jurgen Klopp, entrenador del Liverpool, ya nos lo ha dicho: "ser futbolista no te hace especial, formamos parte de la misma sociedad y nos preocupamos igual".